Por Agroempresario.com
En un contexto marcado por altos costos y un entorno económico global incierto, los exportadores de carne vacuna enfrentan un 2025 particularmente complejo. Según un reciente informe del Consorcio ABC, en 2024, la producción de carne vacuna alcanzó los 3,177 millones de toneladas, pero las exportaciones no lograron mantener el mismo ritmo. Las ventas al exterior llegaron a los US$2,975 millones, lejos de los US$3,450 millones del año anterior.
A pesar de la eliminación de retenciones para algunas categorías de vacas y la reducción de derechos de exportación, las expectativas no se cumplieron. La eliminación de las retenciones a la vaca China, por ejemplo, resultó en un incremento de los precios, pero no alcanzó a beneficiar a la industria en términos netos.
Miguel Jairala, asesor económico del Consorcio ABC, señaló que el sector se encuentra con una ecuación económica difícil de resolver: “Si uno paga más del poder de compra que tiene, la ecuación no cierra”, explicando que los precios pagados por la hacienda no son sostenibles para muchos productores y exportadores.
Por otro lado, los mercados internacionales muestran señales mixtas. La Unión Europea, que históricamente ha sido uno de los grandes compradores de carne argentina, sigue mostrando un precio firme de US$14,000 por tonelada, pero la devaluación del euro y la reticencia a convalidar estos precios complican las exportaciones. Israel también presenta un escenario similar, con un precio de US$8,500, pero en un contexto de constantes ajustes entre exportadores e importadores.
China, que sigue siendo uno de los principales destinos de la carne argentina, ha reducido ligeramente los valores de compra, y ha comenzado a cuestionar el impacto de las importaciones sobre el precio de la producción local. Este panorama podría traer complicaciones adicionales, con posibles aranceles más altos si la tendencia sigue en aumento.
Con una faena en baja y una producción de carne que no logró alcanzar los niveles del año pasado, las perspectivas para 2025 se ven complejas. Según los datos del ABC, la faena de bovinos cayó un 4,1% respecto al 2023, con una disminución significativa en la faena de machos y vacas. La producción de carne también muestra signos de desaceleración, lo que impacta directamente en las exportaciones.
Para enfrentar estos desafíos, los exportadores y autoridades deberán buscar nuevas alternativas comerciales, incluyendo la apertura de nuevos mercados y la mejora en las relaciones bilaterales. La firma de acuerdos de libre comercio, como el tratado UE-Mercosur y la posibilidad de avanzar en acuerdos con Estados Unidos y Canadá, son clave para mejorar el acceso a mercados internacionales y reducir los costos adicionales.
En resumen, 2025 se perfila como un año de grandes desafíos para los exportadores de carne argentina, donde la competencia, los precios globales y las condiciones económicas internas marcarán el rumbo del sector.