Por Agroempresario.com
Este crecimiento refleja el creciente interés de los productores en una actividad clave dentro del sector agroindustrial, a pesar de los desafíos climáticos y las condiciones atípicas que han marcado la temporada.
Según los datos presentados por la Bolsa de Comercio de Santa Fe (BCSF), la Asociación Correntina de Plantadores de Arroz, la Bolsa de Comercio del Chaco (BCCH), EEA INTA Corrientes, AER INTA San Javier, AER INTA Las Palmas y la Bolsa de Cereales de Entre Ríos (SIBER), la superficie sembrada con arroz en el ciclo 2024/25 alcanzará los 21.050 hectáreas más que en el ciclo anterior, lo que marca un crecimiento destacado para el sector.
Con la siembra casi finalizada en todo el país, a excepción de algunos lotes aislados, los productores muestran optimismo por las buenas perspectivas del ciclo. La actualización de las proyecciones se realizó tras un exhaustivo análisis de las condiciones de los cultivos, basado en los estudios y monitoreos de diversas instituciones como el INTA y las bolsas de comercio de Santa Fe y Corrientes.
A pesar de los signos de crecimiento, las condiciones climáticas han tenido un impacto negativo en algunas regiones del país. Las temperaturas más frescas de lo habitual han afectado el desarrollo de los cultivos, especialmente en el sur de Argentina, donde se observó mayor amarillamiento y quemado de las puntas de las hojas, además de la aparición de enfermedades como “Alternaria”.
En Entre Ríos, la menor proporción de lotes calificados bajo la condición “muy buena” es destacada, con solo un 26% de los cultivos en óptimas condiciones. Esto se atribuye principalmente a los efectos de las bajas temperaturas en la región, que se intensifican debido a su ubicación en latitudes más altas.
Por otro lado, las provincias del norte del país reportaron condiciones mucho más favorables, con entre el 60% y el 66% de los lotes en óptimas condiciones. Esta diferencia demuestra cómo las variaciones climáticas regionales tienen un impacto significativo en la producción arrocera, con algunas zonas mostrando una mayor capacidad de adaptación a los cambios climáticos.
El informe también señaló que, aunque la aplicación de fertilizantes nitrogenados y herbicidas estaba programada para optimizar el rendimiento de los cultivos, las intensas lluvias de noviembre provocaron retrasos en la aplicación de herbicidas post emergentes, lo que redujo la efectividad del control de malezas en algunos lotes.
A pesar de estos desafíos, la siembra de arroz en Argentina sigue mostrando un panorama positivo, con expectativas de aumento en la producción y un sector arrocero en crecimiento. Las condiciones regionales varían, pero el optimismo persiste gracias a las proyecciones favorables para el futuro inmediato.
Este crecimiento en la superficie sembrada con arroz demuestra la resiliencia del sector agrícola argentino y su capacidad para adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado y el clima.