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Trigo: ROSARIO
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Por Agroempresario.com
En un comienzo de temporada que dejó más dudas que certezas, la expectativa para los turistas que piensan en febrero es que los costos de veranear en la Costa se reduzcan. Las primeras semanas de enero no marcaron el auge que muchos esperaban, y los responsables del sector turístico no ocultan su preocupación.
"Las mallas no tienen bolsillos", bromea Pedro, mozo de un restaurante en Mar del Plata, refiriéndose al leve descenso en el consumo. La tendencia general indica que enero no fue tan exitoso como se pronosticó, y muchos locales comerciales están ajustando su oferta.
Por su parte, Christian Yomas, un distribuidor de productos de perfumería en la costa, señaló que la falta de movimiento durante los fines de semana de calor refleja la escasa presencia de turistas. "Si no hay gente en la playa en un fin de semana de calor, entonces estamos todos muertos", expresó.
Un aspecto adicional que genera debate en las playas es la saturación de carpas y sombrillas, como advirtió Héctor, un habitante local. "Hace unos años atrás esto era todo playa pública, ahora es una lucha por un lugar para colocar la sombrilla", expresó en un móvil televisivo, dando lugar a la discusión sobre la ocupación privada de la playa.
A pesar de las preocupaciones, las vacaciones de febrero ofrecen una ventana para quienes busquen precios más accesibles. Aunque el traslado sigue siendo una constante de costos fijos, el alojamiento es donde realmente se pueden encontrar oportunidades.
En los hoteles, los precios no han variado mucho respecto a enero, pero quienes opten por llegar en persona y negociar directamente con los encargados pueden lograr descuentos. Por ejemplo, una habitación doble en Mar del Plata o Villa Gesell puede rondar entre los $50.000 y $60.000 por noche, pero un trato directo podría rebajar esos precios.
Según fuentes del sector inmobiliario, se espera que en febrero los alquileres bajen entre un 15% y un 20%. Esto se debe a que las quincenas son más cortas y la demanda disminuye. Las ofertas de "último momento" también ayudan a reducir los costos.
Por ejemplo, una familia de cuatro personas podría esperar pagar entre $80.000 y $100.000 por noche en un hotel de gama media, mientras que los departamentos y casas ofrecen precios más variados, con tarifas desde los $60.000 hasta los $80.000 dependiendo de la ubicación y las condiciones.
En el área gastronómica, aunque los precios de los menús no se ajustarán significativamente, los dueños de restaurantes ya se preparan para ofrecer promociones y descuentos. Las estrategias que recuerdan a las de los supermercados –"dos por uno" o "segunda unidad al 50%"– se harán presentes en la oferta de platos y menús ejecutivos.
Los precios de los menús más básicos comienzan desde los $12.000, pero algunos restaurantes están trabajando en ofertas para que una familia de cuatro personas pueda comer por menos de $50.000. Las promociones estarán diseñadas para atraer al turista que busca economizar sin perder la experiencia culinaria.
Febrero, con sus precios más bajos, se perfila como el mes ideal para aquellos que buscan disfrutar de la Costa sin un presupuesto elevado. Sin embargo, la clave estará en saber negociar y aprovechar las ofertas de último minuto.
