Descubrí cómo la pedagogía Waldorf transforma la educación ambiental y agroecológica en una escuela de Escobar. En De Raíz, visitamos este innovador espacio donde los estudiantes aprenden a través de la huerta y el vivero, desarrollando habilidades prácticas para cuidar el entorno.
Con De Raíz, fuimos a Escobar, provincia de Buenos Aires, a visitar una escuela agraria con pedagogía Waldorf, donde tuvimos el placer de encontrarnos con Luciana Avigliano, conocida como Lula, docente encargada de la huerta. En esta institución, los primeros tres años del nivel secundario se dedican al trabajo en la huerta, mientras que los tres últimos años están orientados al vivero, donde los estudiantes realizan prácticas. La huerta en la que trabajan tiene solo 2 años, pero ya es un ejemplo de cómo la pedagogía Waldorf se aplica de manera práctica.
Lula nos explicó que la metodología Waldorf, desarrollada por Rudolf Steiner, se basa en una enseñanza que considera los efectos del cosmos sobre plantas y animales. En este enfoque, se utiliza el calendario biodinámico, que organiza las tareas y permite aprovechar al máximo cada actividad. De esta forma, los estudiantes no solo aprenden sobre el cuidado de las plantas, sino también sobre la conexión entre el cosmos, la naturaleza y los ciclos agrícolas.
El objetivo de esta pedagogía es promover la autonomía de los estudiantes, permitiéndoles adquirir conocimientos a través de la experiencia directa, tanto en teoría como en práctica. En la escuela, los chicos tienen una hora semanal dedicada a la huerta, en la que compatibilizan el aprendizaje teórico con el trabajo práctico. La huerta, diseñada de manera pedagógica y funcional, se convierte en un aula en la que los estudiantes trabajan con técnicas agroecológicas, realizando asociaciones de cultivos por raíz, hoja y fruta. En este espacio, no se utilizan fertilizantes químicos, y se emplea compost elaborado por los mismos alumnos.
En el vivero, los estudiantes producen sus propias plantas nativas a partir de semillas o esquejes. A lo largo de su formación, aprenden todo sobre el ciclo productivo y participan activamente en cada etapa de la producción y el mantenimiento de un vivero. Además, uno de los objetivos fundamentales de la escuela es la restauración ambiental, promoviendo la conciencia ecológica y el cuidado del entorno.
La metodología Waldorf, utilizada en esta escuela, tiene como base el desarrollo integral de los niños, abarcando su desarrollo físico, emocional, intelectual y espiritual. Esta pedagogía se caracteriza por:
Algunas características distintivas de las escuelas Waldorf incluyen:
De Raizar.