ara la labor de extensión rural enfocada en el trabajo con jóvenes, es de sumo interés conocer sus perspectivas a futuro, sus vivencias, de qué manera se vinculan con la producción y comercialización, las dinámicas familiares en torno a la distribución de tareas y toma de decisiones.
En este sentido, se llevaron a cabo entrevistas a dos jóvenes relacionados con la producción porcina: una mujer de 28 años que residió la mayor parte de su vida en el campo y un varón de 18 años recientemente radicado en el medio rural.
En diálogo con los jóvenes se pudieron plasmar algunas inquietudes y visualizar sus perspectivas respecto de la actividad.
En ambos casos las producciones son de tipo familiar (aporte de mano de obra familiar y residencia en el predio productivo) y fueron iniciadas por la generación predecesora. El producto comercial inicialmente fue el lechón para las fiestas de fin de año.
En relación a los requerimientos para dedicarse a la producción de cerdos, los jóvenes destacan importancia de un criadero con instalaciones adecuadas. Además indican la importancia de contar cierta pasión por los cerdos y constancia para hasta lograr la estabilidad del circuito productivo.
Respecto a los trabajos para llevar adelante el criadero los jóvenes ponen en valor el aporte de toda la familia y explican algunas particularidades en tareas puntuales. La toma de decisiones en un caso es compartida y en el otro es asumida por el padre.
La porcicultura según la opinión de los entrevistados se presenta como una alternativa interesante para los jóvenes que quieran iniciarse, en este aspecto mencionan la posibilidad de arrancar con una baja inversión inicial e indican la necesidad de estar bien informados (manuales y profesionales del área) y realizar prácticas.
INTA Noticias