Su relevancia en la industria es indiscutible, ya que forma parte de la cadena de valor de materiales plásticos y fibras que mueven economías a nivel global.
Históricamente, el MEG ha sido producido a partir de insumos petroquímicos, lo que implica un alto impacto ambiental y una fuerte dependencia de los combustibles fósiles. La transición hacia una versión biológica de este compuesto es un paso fundamental en la descarbonización del sector químico, reduciendo su huella de carbono y abriendo nuevas oportunidades en el mercado de los bioplásticos y materiales sostenibles.
Precisamente de esto se trata el proyecto de Sustainea, una empresa innovadora dedicada a la fabricación de productos químicos sostenibles con una baja huella de carbono y que surgió como un jpint-venture entre Braskem, el mayor productor de resinas plásticas de América y Sojitz Corporation, un reconocido trader japonés. En colaboración con la empresa local Primient, líder en la producción de alimentos e ingredientes industriales derivados de plantas, invertirán en Lafayette, Indiana, 400 millones de dólares para construir una planta de Bio-MEG, dando un nuevo impulso a la químicos sustentables.
De la biomasa al Bio-MEG: un proceso sustentable
La planta de Sustainea en Lafayette utilizará como materia prima la dextrosa de maíz suministrada por Primient, una empresa con una trayectoria consolidada en la transformación de productos agroindustriales. La dextrosa, un azúcar fermentable derivado del almidón de maíz, servirá como sustrato para la producción de Bio-MEG mediante procesos biotecnológicos avanzados.
El procedimiento consiste en la fermentación de la dextrosa para obtener etanol, que luego es convertido en etileno a través de deshidratación catalítica. Posteriormente, el etileno es oxidado para producir el MEG, manteniendo las mismas propiedades químicas que su contraparte petroquímica, pero con una huella ambiental significativamente menor.
Un ecosistema de innovación en bioquímica sustentable
La elección de Lafayette como sede de esta nueva planta no es casualidad. La región se ha convertido en un hub de biomanufactura sostenible, impulsado por el trabajo de la Universidad de Purdue y sus centros de investigación, como el Center for Innovative and Strategic Transformation of Alkane Resources (CISTAR) y el programa Leading Energy-Transition Advances and Pathways to Sustainability (LEAPS).
Estas iniciativas han posicionado a Indiana como un referente en la transición hacia la bioeconomía, proporcionando un entorno favorable para empresas que buscan desarrollar tecnologías de bajo impacto ambiental. Además, la región cuenta con infraestructura para la captación y almacenamiento de carbono, así como acceso a energías renovables, lo que refuerza la competitividad del Bio-MEG producido en Lafayette.
Proyección y competitividad del Bio-MEG
El CEO de Sustainea, Gustavo Sergi, destacó la sinergia con Primient como un factor clave en el desarrollo del proyecto. La integración de cadenas de valor sustentables y eficientes permitirá que el Bio-MEG de Sustainea se posicione como una alternativa competitiva y ecológica frente al MEG de origen petroquímico.
“Nuestra alianza con Purdue y Primient nos permite avanzar en la producción de químicos sustentables con alto valor agregado. Este proyecto no solo contribuirá a la reducción de emisiones de carbono en la industria química, sino que también consolidará a Sustainea como un referente global en materiales sostenibles”, afirmó Sergi.
Por su parte, Paul Moses, vicepresidente de desarrollo económico y laboral en Greater Lafayette Commerce, resaltó la importancia estratégica del proyecto para la región. “La industria ag-bioscience tiene un gran potencial en Indiana. Con iniciativas como esta, estamos construyendo un futuro sustentable para la manufactura y la química en los Estados Unidos”, señaló.
Hacia un futuro sostenible: próximos pasos
Sustainea planea comenzar la construcción de la planta en cuanto finalicen los estudios de ingeniería y se tome la decisión final de inversión. La producción está prevista para comenzar en 2028, marcando un hito en la fabricación de químicos sustentables y abriendo nuevas oportunidades para la economía circular en la industria química.
Con este proyecto, Sustainea refuerza su compromiso con la innovación y la sostenibilidad, posicionando al Bio-MEG como una solución viable para reducir la dependencia de los combustibles fósiles en la fabricación de materiales esenciales para la vida moderna. La transición hacia una economía más verde está en marcha, y Lafayette se perfila como un epicentro clave en esta revolución industrial.
BioEconomia.info