Su historia no solo redefine el éxito en el deporte, sino que también lo posiciona como el futbolista más rico del mundo, con una fortuna que eclipsa incluso a las estrellas más mediáticas del balompié. ¿Cómo logró Flamini este salto de los campos de juego a la élite empresarial? La respuesta está en el ácido levulínico y una visión inquebrantable de un futuro sostenible.
De Marsella al mundo: una pasión por la sostenibilidad
Nacido en Marsella, cerca del mar Mediterráneo, Flamini creció consciente de la importancia de cuidar los ecosistemas y reducir las emisiones de CO2. Esta sensibilidad ambiental lo acompañó mientras desarrollaba su carrera futbolística en equipos de primer nivel. Sin embargo, su verdadera transformación comenzó en 2008, cuando, jugando para el AC Milan, fundó junto a Pasquale Granata la empresa GF Biochemicals. La compañía nació con un propósito claro: encontrar alternativas sostenibles a los productos derivados del petróleo.
Ácido levulínico: la clave de la revolución
Tras años de investigación, GF Biochemicals logró desarrollar un método para producir ácido levulínico a partir de biomasa, como madera y maíz. Este compuesto, reconocido como una de las moléculas renovables más importantes del mundo, puede sustituir al petróleo en la fabricación de plásticos biodegradables, cosméticos, lubricantes y productos farmacéuticos. Flamini mantuvo su doble vida en secreto durante cinco años, mientras continuaba jugando al fútbol y construyendo su imperio empresarial.
Hoy, GF Biochemicals lidera el mercado de la química verde, con una valuación que ronda los 31.100 millones de dólares, superando el valor combinado de gigantes del fútbol como Real Madrid, Barcelona y Manchester United. Flamini posee el 60% de la empresa, lo que lo convierte en uno de los empresarios más ricos y visionarios del planeta.
Activismo ambiental y cambio cultural
Lejos de conformarse con sus logros empresariales, Flamini utiliza su plataforma para promover la sostenibilidad. Es un ferviente defensor de iniciativas como Green Football Weekend, que busca introducir prácticas ecológicas en el mundo del fútbol. Entre sus propuestas se incluyen dietas vegetarianas en eventos deportivos y la eliminación de plásticos de un solo uso en competencias globales. Además, participó en el comité ambiental de los Juegos Olímpicos de París 2024, donde sugirió medidas para reducir el impacto ambiental de los Juegos.
Un estilo de vida alineado con sus valores
La visión de Flamini no se limita a los negocios. Su vida personal refleja un compromiso absoluto con la sostenibilidad. Tras sufrir altos niveles de mercurio por el consumo de pescado, cambió su dieta para reducir las proteínas animales, lo que mejoró su salud y reforzó su compromiso ambiental. En su tiempo libre, disfruta de deportes al aire libre y es un admirador de documentales sobre la naturaleza, como los de David Attenborough.
Unity Performance Academy: democratizar la salud y el bienestar
Junto a su excompañero del Arsenal, Mesut Özil, Flamini lanzó Unity Performance Academy, una plataforma gratuita dedicada a compartir conocimientos sobre nutrición, entrenamiento y bienestar mental. La iniciativa busca combatir la desinformación y fomentar estilos de vida saludables, demostrando que su visión trasciende los límites del deporte y los negocios.
El futuro de Mathieu Flamini
Aunque su enfoque principal está en la sostenibilidad, Flamini no descarta incursionar nuevamente en el fútbol, esta vez como propietario de un club. Equipos como el Arsenal y el Olympique de Marsella ocupan un lugar especial en su corazón, pero sus decisiones estarán guiadas por su compromiso con la responsabilidad social y ambiental.
Mientras tanto, GF Biochemicals sigue expandiéndose con alianzas estratégicas, como la inversión de Unilever para eliminar combustibles fósiles de sus productos antes de 2030. Mathieu Flamini no solo está redefiniendo qué significa ser un futbolista exitoso, sino también cómo liderar un cambio global hacia un mundo más sostenible.
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