Los conucos acuícolas como sistemas generadores de biomasa pesquera

Conocemos con el termino de "conuco", pequeñas parcelas de tierra o huerta destinada al cultivo -tradicionalmente vegetales- que suelen estar administradas por un único agricultor

Los conucos acuícolas como sistemas generadores de biomasa pesquera
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unque tradicionalmente los principales fines del conuco eran producir las hierbas medicinales requeridas para la salud del conuquero y su alimentación básica (tradicionalmente yuca). Con el transcurrir del tiempo, este grupo campesino familiar ha venido ampliando y diversificando las actividades y rubros explotados, incluyendo entre ellos prácticas básicas de acuicultura de subsistencia (principalmente piscicultura) para su autoconsumo.

Hoy por hoy, es muy común que nuestros campesinos tengan áreas destinadas a la producción piscícola de subsistencia, en parcelas en las que disponen de fuentes de aguas, y confinan pequeños peces capturados el lagunas y río, para su engorde.

Sin embargo, consideramos que la existencia del “conuquero piscicultor” o “conuquero acuícola” es muy antigua, y es una actividad de autoconsumo familiar que se describe desde hace unos 8.000 años con la carpa común (Cyprinus carpio), y fue masificada por los chinos desde hace más 2.500 años.

El conuquero tradicional consume todo lo que produce, y tan solo intercambia pequeños excedentes que no puede consumir o almacenar con otros productores por falta de energía eléctrica o sistemas de conservación. La siembra, atención y cosecha del conuco acuícola se repite año tras año según las condiciones ambientales imperantes, y generalmente se inicia en las épocas de abundancia de alevines y juveniles en los cuerpos de agua circunvecinos (inicio de lluvias).

Aunque los impactos ambientales asociados con el conoquismo suelen considerarse como negativos (pérdida de bosque, de biodiversidad, de nichos ecológicos y deterioro del suelo, entre otros), posee extraordinario valor como fuente de alimentación de las familias campesinas y como seguridad alimentaria para las poblaciones geográficamente más aisladas del territorio nacional, en donde tradicionalmente no existen fuentes de empleo y no llegan programas adecuados de alimentación, subsidios, ni servicios públicos.

Una vez, cuando ocurre, que el campesino va optimizando sus técnicas de cría de peces, poco a poco, y generalmente sin percatarse de ello, va abandonando el conuquismo, y se adentra en prácticas de piscicultura extensiva, prácticas que generan mayor biomasa por ciclo de cría, tan sólo con aplicar manejos más adecuados que su propia experiencia le va otorgando.

Convencido por sí mismo de los beneficios que le genera la actividad, paulatinamente va incorporando nuevas técnicas y manejos, tanto del agua, como de los ejemplares y su alimentación, y se percata que si alimenta más adecuadamente, mantiene adecuadas densidades de siembra según el volumen de agua disponible, y extrae aquellos ejemplares que compiten con las especies que trata de criar, se adentra en la que denominamos Piscicultura Rural, piscicultura ésta que se ha dividido arbitrariamente, según el grado de tecnología, manejo e intensidad, en Rural Tipo I y Rural Tipo II.

En la medida que el productor rural sigue avanzando, amplia y tecnifica su unidad de producción y contrata personal de apoyo, etc. va abandonando la Piscicultura Rural Tipo I y se adentra en la denominada Piscicultura Rural tipo II, que contempla además asistencia técnica, buenas prácticas acuícolas, mejores estrategias de comercialización, por solo nombrar algunas de las mejoras.

Bajo ningún concepto, debe considerarse “peyorativo” el término “conuco” ni a este tipo de producción piscícola básica y rustica, que al igual que la actividad agrícola vegetal posee indudable importancia desde el punto de vista social en comunidades de muy escasos recursos.

Quizá el supuesto alcance peyorativo que se le quiere ofrecer a esta escala de la actividad piscícola nacional, proviene más del subconsciente de los denunciantes, que al alcance y contexto de los conceptos y escalas utilizadas para la descripción de los distintos niveles de producción acuícola existentes en nuestro país.

Lo que sí debe quedar claro es que, aún con la importancia alimentaria y social para las poblaciones de escasos recursos, aislamiento social y tecnológico, no es la práctica ni el nivel acuícola con el cual el país va a generar el inmenso volumen de biomasa pesquera que requiere actualmente para alimentar y nutrir a una población que supera los 30,000.000 de habitantes.

 

Mundoagropecuario



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