Por Agroempresario.com
El reciente decreto presidencial 116/2025, que dispone la transformación del Banco de la Nación Argentina (BNA) en una Sociedad Anónima (SA), generó reacciones dispares en el sector agropecuario. Mientras la Federación Agraria Argentina (FAA) manifestó su preocupación ante un posible camino hacia la privatización, entidades como la Sociedad Rural Argentina (SRA), la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) y la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (Farer) mostraron apoyo, siempre que el banco mantenga su rol de financiador clave del sector productivo.
Desde la FAA, su presidenta Andrea Sarnari expresó su inquietud por la medida. “Hoy, como lo hemos hecho siempre, en FAA defendemos al Banco Nación y estamos preocupados por el reciente decreto firmado por el Presidente, que avanza en transformarlo en una Sociedad Anónima”, señaló. En su visión, la entidad ha sido una "columna vertebral" para el desarrollo productivo en el interior del país y su conversión en SA podría allanar el camino hacia su privatización.
Según datos oficiales, el BNA registró en 2024 un crecimiento del 20% en la financiación del agro y del 30% en créditos en dólares. Para Sarnari, este respaldo histórico podría verse comprometido. "Ha sido una entidad con superávit, con una enorme relevancia financiera para productores, pymes y economías regionales. Nos alarma que en este sendero que hoy inician, quizá con buena intención, se abra el margen para que perdamos al banco que cumple un rol social fundamental", alertó la dirigente.
En contraste, desde la SRA, su presidente, Nicolás Pino, destacó que la transformación del BNA podría fortalecer su relación con el agro. "Si bien en los últimos años la entidad redujo su cartera crediticia para el sector, hoy hay una clara decisión de volver a respaldar al productor agropecuario. Esto quedó demostrado con el reciente lanzamiento de la línea de créditos para productores ovinos", afirmó.
Desde Carbap, Ignacio Kovarsky expresó algunas dudas sobre el impacto de la medida, pero reconoció el papel clave del BNA. "Tiene funciones distintas a los bancos privados, con asistencias especiales y líneas subsidiadas del Gobierno. Mientras se cumplan estas funciones, que no significan regalar nada, sino atender circunstancias especiales como en todos los países, no vemos problemas con la medida", señaló.
El anexo del decreto establece que el BNA deberá "apoyar la producción agropecuaria, promover su eficiente desenvolvimiento, facilitar el arraigo del productor y financiar la transformación de la producción agropecuaria". Este punto es clave para los dirigentes rurales, que exigen garantías sobre la continuidad del apoyo financiero al sector.
Por su parte, Nicasio Tito, presidente de Farer, analizó la medida desde la situación particular de Entre Ríos. "No tenemos un banco provincial y el Banco Nación es la única alternativa en muchos lugares. Sin embargo, su atención es de mala a muy mala. Los productores terminan yendo a bancos privados", explicó.
Para Tito, si el cambio de figura jurídica del BNA "viene a corregir, mejorar y hacer reaccionar a la institución para que se acerque al sector productivo e industrial, será bienvenido". En caso contrario, advirtió que la situación podría agravarse, dejando a los productores entrerrianos en una "soledad total" en materia de financiamiento.
Desde Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), su titular, Carlos Castagnani, puso el foco en la necesidad de mantener el acceso al crédito. "El Banco Nación ha sido una herramienta clave para el productor, facilitando el acceso al financiamiento y acompañando el desarrollo del sector. Esa función no puede ni debe perderse", enfatizó.
En la misma línea, Lucas Magnano, presidente de Coninagro, indicó que la entidad cooperativa está analizando la medida y aún no tiene una posición definitiva. "Lo que estamos convencidos es que no puede cambiar el cumplimiento de su carta orgánica, especialmente el artículo 3, que establece que el banco debe asistir a micro, pequeñas y medianas empresas, apoyar la producción agropecuaria y facilitar el arraigo del productor", remarcó.
Fuentes del BNA aseguraron que la transformación en SA no afectará su relación con el sector agropecuario ni con la producción en general. "El banco siempre estará del lado de la producción. Esta transformación no implica que vaya a cambiar su función ni su relación con el campo", indicaron.
En los fundamentos del decreto, el Gobierno argumentó que el cambio permitirá "mejorar la capacidad del banco para competir en el sector financiero, optimizar la asignación de recursos y fortalecer su posición en el mercado, garantizando la continuidad de su operatividad". No obstante, el impacto real de la medida sobre el financiamiento al agro quedará en evidencia con el tiempo.