l trabajo, elaborado en forma conjunta por técnicos del INTA, CREA, UBA y CONICET, repasa la situación de la oferta de forraje y las relaciona con la demanda de alimento de terneros y vacas, dato clave al comienzo de la época de servicios.
En ese sentido, sostiene que durante el invierno las pariciones se desarrollaron sin inconvenientes. En tanto, el estado corporal alcanzado durante el otoño (superior a 3, en escala de 5) se mantuvo a lo largo del invierno, comenzando a verse afectado negativamente “recién después de fines de agosto en aquellos campos con altas cargas”.
Además, afirma que, a diferencia de otros años, no se registraron eventos de exceso hídricos que afectasen los índices de supervivencia de los terneros y tampoco se produjeron fuertes heladas durante el pico de parición.
En este escenario, precisa que “los rodeos se encuentran entre 70 y 90% de terneros logrados, una variabilidad asociada a los servicios largos de más de 90 días, aumentando la cola de parición de los mismo”.
En consecuencia, “nos encontramos en el momento de mayores requerimientos del rodeo, dado que las madres se encuentran en lactancia y preservicio o inicio de servicio (según sean de noviembre a enero o de octubre a diciembre)”, advierte.
En cuanto al estado corporal, los monitoreos de grupos de Cambio Rural y CREA en distintos partidos de la región arrojan que hacia fines de septiembre que los rodeos se encontraban en promedio en una condición cercana a 3, mostrando un 35% de los animales por debajo de ese valor.
Por su parte, extensionistas de los partidos de Rauch, Maipú, Dolores, Azul y Tapalqué informan que el estado corporal de las madres se encuentra en promedio en 2,5; “valor que debe observarse seriamente de continuar la baja tasa de crecimiento del forraje”, subrayó.
Finalmente, en relación al recurso forrajero, analiza que una combinación de temperaturas por debajo de la media en julio y agosto, la escasez de lluvia en los meses posteriores, y una menor mineralización de la materia orgánica del suelo, generaron “condiciones desfavorables para el crecimiento del forraje de primavera y el rebrote de las especies invernales naturales”. El menor crecimiento del forraje se manifestó de forma diferente dentro de la Pampa Deprimida, con foco en el centro sur de la región.
En particular, el bajo crecimiento forrajero a fines de septiembre abarcó aproximadamente el 80% de la superficie de Tapalqué, Olavarría, General La Madrid y Laprida.
Cabe aclarar que si bien el trabajo fue difundido el 25 de octubre, el mismo fue realizado con información a fin de septiembre, por lo que las lluvias de las últimas semanas pueden haber modificado la situación forrajera.
Más en detalle, los técnicos analizaron la situación de los tres recursos forrajeros más importantes en la región: campo natural, pasturas de agropiro, y pasturas consociadas entre leguminosas y gramíneas.
Al mismo tiempo, se evaluó cómo tendrá que ser el crecimiento en octubre para compensar el déficit acumulado de mayo a septiembre ante diferentes escenarios de carga animal (expresada en EV/ha).
En los tres recursos forrajeros, el crecimiento de septiembre fue el más bajo de los últimos 19 años, situación que se fue agravando desde mayo hasta septiembre.
Así las cosas, en las áreas con campo natural, el crecimiento promedio de los últimos 18 años superaría holgadamente todo el déficit acumulado desde mayo con una carga de 0,7 E.V/ha. En cambio, con una carga de 0,9 apenas se alcanzaría a cubrir el déficit si el crecimiento fuese igual al promedio. Con una carga de 1,1 E.V/ha, ni con el mejor octubre de los últimos 18 años se podrá cubrir el déficit acumulado.
En el caso de las pasturas de agropiro, la situación es levemente peor respecto a las áreas de campo natural. Con una carga de 0,7 E.V/ha el pronóstico es similar, sin embrago con una carga de 0,9 E.V/ha ya no se logra cubrir el déficit con el crecimiento promedio en octubre. Y al igual que en las áreas de campo natural, la situación con una carga de 1,1 E.V/ha es extremadamente complicada.
Finalmente, en las áreas con pasturas consociadas, y a pesar de tener el valor de crecimiento más bajo de los últimos 19 años, los escenarios forrajeros planteados son positivos si la tasa de crecimiento de este octubre es similar al promedio de los últimos 18 años. Esto se debe al mayor potencial productivo que presenta este recurso forrajero respecto de los dos anteriores.
Por estos motivos, el informe concluye que en los meses venideros los campos deben recomponer su disponibilidad de forraje, siendo especialmente importante no solo la cantidad sino la calidad para afrontar adecuadamente la lactancia de los terneros y posteriormente el nuevo servicio.
Teniendo en cuenta que la disponibilidad forrajera actual está por debajo de lo esperado, resulta fundamental realizar un análisis de situación de cada campo en particular, procediendo a una estimación o cuantificación de los recursos disponibles y compararla con la demanda del rodeo.
Es el momento de realizar un balance forrajero y ver si la oferta de alimento será la adecuada para afrontar el servicio en las zonas más afectadas.
El trabajo finaliza con una serie de recomendaciones a tener en cuenta de cara a los próximos servicios:
Valor Carne