Por Agroempresario.com
El sector del transporte se enfrenta a una transformación inminente. Durante años, ha sido uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero (GEI), contribuyendo de manera significativa al calentamiento global. En un contexto donde el cambio climático es una de las principales amenazas, la descarbonización del transporte se ha convertido en una prioridad dentro de la agenda empresarial y gubernamental. En este artículo, Lucas Bianchi, CEO y Founder de Interborders, reflexiona sobre los pasos que deben dar las empresas para cumplir con este desafío, desde la adopción de energías limpias hasta la gestión inteligente de las rutas.
Según el Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero de Argentina, las emisiones totales de GEI en el país alcanzaron los 365 millones de GgCO₂e en 2018. De este total, el sector energético, que incluye el transporte, representó el 51%, mientras que la agricultura y la ganadería fueron responsables del 39%. El transporte, por tanto, emerge como uno de los sectores más críticos en la lucha contra el cambio climático, siendo necesario un cambio radical en la forma en que operan las empresas y los servicios de logística.
Dentro de este panorama, el subsector de carga es uno de los mayores culpables. Según estimaciones de la Asociación Argentina de Energía Solar, en 2008 el transporte representaba aproximadamente el 17% de las emisiones totales de carbono del país, y el transporte de carga era responsable de más del 55% de esas emisiones. Estos números destacan la necesidad urgente de adoptar prácticas más sostenibles dentro del sector logístico.
El camino hacia un transporte sin carbono pasa por diversas estrategias que apunten a reducir las emisiones de gases contaminantes. Una de las soluciones más efectivas y que ya se está implementando a nivel global es la adopción de vehículos eléctricos (VE). Estos vehículos no emiten GEI durante su operación, y si la electricidad utilizada proviene de fuentes renovables, la huella de carbono del transporte se reduce considerablemente. Un estudio publicado en la revista Nature asegura que los coches eléctricos tienen una vida útil comparable a la de los vehículos tradicionales de combustión interna, pero generando una menor cantidad de emisiones a lo largo de su ciclo de vida.
Sin embargo, la transición total hacia la electrificación del transporte es un proceso complejo y a largo plazo. Mientras tanto, los combustibles renovables emergen como una alternativa viable para reducir las emisiones en el corto y mediano plazo. Estos combustibles permiten a los vehículos tradicionales disminuir significativamente su impacto ambiental.
Además, la eficiencia en la gestión de las rutas y la logística es otro factor esencial en el proceso de descarbonización. Utilizar sistemas avanzados de gestión de flotas permite optimizar las rutas, reduciendo el consumo de combustible y, por ende, las emisiones asociadas. Estos sistemas también facilitan el monitoreo del uso de combustible y promueven comportamientos más ecológicos en los conductores, como evitar frenadas bruscas o aceleraciones innecesarias.
Para que las empresas logren implementar una descarbonización efectiva, es fundamental medir y comprender la huella de carbono asociada a sus operaciones. La huella de carbono es la cantidad total de GEI emitidos directa o indirectamente por una organización, y conocerla permite a las empresas identificar las fuentes principales de emisiones y desarrollar estrategias para su reducción y compensación.
En Interborders, entendemos que la descarbonización es una prioridad para muchos de nuestros clientes. Por eso, nos hemos comprometido a ser agentes de cambio en la industria logística. Al medir nuestra huella de carbono, podemos identificar áreas de mejora y tomar acciones concretas para reducir el impacto ambiental. Una de las iniciativas que hemos implementado es la incorporación de camiones que utilizan Gas Natural Licuado (GNL), un combustible más limpio que reduce significativamente las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y material particulado, los cuales son responsables de enfermedades respiratorias.
El uso de camiones GNL tiene una gran ventaja medioambiental, ya que emiten menos óxidos de nitrógeno (NOx) que los vehículos tradicionales que utilizan combustibles fósiles como el carbón o el fuel-oil. Además, estos camiones están equipados con tecnología avanzada, como la urea automotriz (AUS32 o DEF), que reduce las emisiones de NOx y permite que los vehículos cumplan con las normativas medioambientales más estrictas.
Estas iniciativas no son acciones aisladas dirigidas solo a algunos clientes específicos, sino que forman parte de nuestro servicio base y de nuestro ADN como empresa. La incorporación de prácticas sostenibles está en el centro de nuestra estrategia, y trabajamos constantemente para mantenernos a la vanguardia en estos temas.
La descarbonización de la logística es un proceso que requiere el compromiso de todos los actores involucrados: desde las empresas de transporte hasta los gobiernos y las organizaciones internacionales. A medida que la conciencia sobre los efectos del cambio climático sigue creciendo, las empresas del sector logístico deben asumir su responsabilidad y liderar el camino hacia un futuro más sostenible.
En Interborders, estamos convencidos de que la transición hacia un transporte sin carbono no solo es posible, sino que es una necesidad urgente para proteger nuestro planeta. Estamos comprometidos a seguir innovando y adoptando tecnologías que nos permitan reducir nuestra huella de carbono y contribuir a un futuro más limpio y verde para todos.