El Cono de Arita: El misterio geológico y ceremonial en el corazón de la puna salteña

Por Agroempresario.com

En medio de la vasta llanura salitrosa de la puna salteña, una formación geológica desafía las leyes de la naturaleza y de la lógica. Es el Cono de Arita, una figura casi perfecta que sobresale en el salar de Arizaro, el sexto más grande del mundo. Con sus 150 metros de altura, este extraño cono de color marrón oscuro se erige solitario en medio del salar, como si alguien lo hubiera colocado allí adrede, desafiando toda explicación.

A pesar de las teorías científicas que intentan explicarlo como el resultado de la erosión y los procesos geológicos, muchos siguen viendo en este lugar algo más. La perfección de su forma, su aislamiento y el misterio que lo envuelve invitan a pensar en una conexión con algo más allá de lo terrenal. De hecho, las comunidades andinas lo consideraron un sitio sagrado desde tiempos preincaicos, e incluso se cree que pudo haber sido un centro ceremonial, un punto de conexión entre lo divino y lo humano, algo que le da aún más aura de misterio a esta formación.

El Cono de Arita se encuentra en el salar de Arizaro, un vasto espacio de 1.600 km² en la provincia de Salta, Argentina, conocido por su extrema aridez y la presencia de diversos minerales como sal, mármol, cobre y ónix. Este salar fue históricamente una ruta de paso para el ganado que se trasladaba hacia Chile, y los cóndores sobrevolaban la zona en busca de presas, completando así un paisaje tanto geológico como culturalmente significativo.

Federico Norte, un guía local experimentado y propietario de Norte Trekking, nos condujo a un acceso poco común para los turistas, el mismo que utilizan los mineros. Desde esta perspectiva, el Cono de Arita se presenta de manera aún más impresionante. En la lejanía, el cono parece un artefacto solitario, una estructura artificial que se resiste a ser entendida con las simples herramientas de la ciencia. Al acercarse, se siente aún más la desolación que lo rodea, un contraste entre su presencia en medio de la nada y su misterio absoluto.

El geólogo Iván Petrinovic, investigador del Conicet, explicó que la zona está llena de antiguos volcanes y que el salar aparentemente se tragó la cumbre de uno de estos. La erosión, como un lento proceso de desgaste de millones de años, ha dejado lo que ahora es la elevación que vemos. Sin embargo, el misterio persiste. ¿Por qué exactamente esta formación es tan perfecta? ¿Qué significado tuvo para las culturas preincaicas que lo consideraron un sitio sagrado? A pesar de las explicaciones científicas, el enigma sigue intacto.

Este paisaje, aislado y solitario, invita a los visitantes a reflexionar sobre su verdadera naturaleza. No es solo un accidente geológico, sino también una manifestación cultural y espiritual que persiste a lo largo de los siglos. En el desierto de la puna salteña, donde la vida parece un desafío en sí misma, el Cono de Arita sigue siendo un testimonio enigmático de la interacción entre la naturaleza, la cultura y la historia.

Cuando el sol comienza a ponerse y la luna se alza sobre los cerros cercanos, los colores del salar y el cono cambian. El blanco del salar se tiñe de un violeta pálido, y el Cono de Arita parece volverse aún más negro, aún más distante, como un eco del pasado que se niega a desaparecer. Volvemos al pueblo en silencio, con la sensación de haber sido testigos de algo que no pertenece completamente a este mundo, pero que está aquí, desafiante y misterioso, en el corazón de la puna.