Por Agroempresario.com
En Argentina, el sector forestal juega un papel fundamental no solo en la producción de madera, sino también en la provisión de alimentos, la regulación del clima y la protección contra el cambio climático. Claudia Peirano, directora ejecutiva de la Asociación Forestal Argentina (AFOA), nos brindó un panorama completo sobre la situación actual del sector y las políticas de manejo forestal sostenible en el país.
El lema de la FAO para este año, “Bosques y alimentos”, destaca una relación que muchas veces pasa desapercibida. “Los bosques no solo producen madera, sino que también contribuyen al bienestar de la población, como lo vemos con la apicultura, que produce miel de eucalipto, o con la foresta-ganadería”, explica Peirano. La combinación de árboles con actividades ganaderas ha demostrado ser un modelo exitoso, especialmente en la mejora del bienestar del ganado. Las zonas de sombra proporcionadas por los árboles no solo reducen el estrés térmico de los animales, sino que también ayudan a mejorar la producción de carne y leche. A su vez, estos sistemas silvopastoriles contribuyen a reducir el riesgo de incendios, ya que el pastoreo evita la acumulación de material seco que podría convertirse en combustible.
Uno de los grandes desafíos para los bosques argentinos es el fuego, que se ha intensificado debido al cambio climático. “En 2022, los incendios arrasaron más de un millón de hectáreas en Corrientes”, recuerda Peirano. Este año, la cifra ha descendido a unas 200 mil hectáreas, con la diferencia de que las plantaciones forestales bajo consorcio tuvieron una incidencia mínima. AFOA ha implementado un sistema de consorcios de manejo del fuego, cuyo objetivo es reducir la incidencia de los incendios a través de la prevención, detección temprana y respuesta rápida. Según Peirano, “los consorcios son fundamentales para trabajar en conjunto y minimizar los impactos de los incendios forestales, aunque no se pueden evitar por completo”.
En Argentina, el debate sobre la preservación de los bosques nativos y el uso de las plantaciones forestales es central. Según Peirano, el país cuenta con unos 55 millones de hectáreas de bosques nativos, mientras que las plantaciones forestales cubren alrededor de 1,3 millones de hectáreas, principalmente en la región de la Mesopotamia. Un dato importante que destaca es que “en Argentina no se tala ni un solo árbol de bosque nativo para hacer papel. Más del 90% de la madera utilizada en la industria proviene de plantaciones forestales”. Los productos como el papel y la celulosa, que a menudo se asocian con la tala de bosques nativos, provienen exclusivamente de árboles cultivados para esos fines.
El sector forestal tiene un impacto económico considerable, generando más de 100 mil empleos formales, cifra que aumenta al considerar los puestos informales y las actividades vinculadas al sector. Peirano subraya la importancia de la madera proveniente de las plantaciones forestales en diversas industrias, desde la construcción hasta la producción de energía. Además, resalta que los bosques, más allá de su uso como fuente de recursos, tienen un rol clave en la lucha contra el cambio climático, al almacenar carbono y regular el clima.
A nivel global, la deforestación continúa siendo un problema grave. En su informe “El estado de los bosques en el mundo” de 2024, la FAO advirtió que cada año se pierden aproximadamente 10 millones de hectáreas de bosques, principalmente en América Latina, África y el sudeste asiático. Sin embargo, la restauración y el manejo sostenible de los bosques son vistos como medidas efectivas para revertir esta tendencia. En Argentina, las políticas de forestación y el manejo adecuado de los recursos han permitido que el sector siga siendo un pilar clave tanto ecológica como económicamente.
El sector forestal argentino tiene un gran potencial de crecimiento. “Los bosques son mucho más que madera”, enfatiza Peirano. “Son fuente de alimentos, bienestar animal, prevención de incendios y herramientas clave para enfrentar el cambio climático”. Sin embargo, para aprovechar todo su potencial, se requieren políticas públicas que fomenten la forestación, el manejo sostenible y la recuperación de áreas degradadas.
El Día Internacional de los Bosques nos invita a reflexionar sobre la importancia de conservar y gestionar los bosques de manera sostenible. Tal como lo resalta Peirano, este es un paso fundamental para garantizar la salud del planeta y las generaciones futuras. "La conservación de los bosques no es solo una cuestión ambiental, sino una estrategia vital para asegurar el bienestar humano y el equilibrio de los ecosistemas", concluye la directora de AFOA.