e presentamos los establecimientos hoteleros que, con foco en la experiencia de los viajeros, se suman a una nueva tendencia y ofrecen platos elaborados con ingredientes y productos regionales.
Se trata del restó del hotel The Vines, ubicado en el Valle de Uco, provincia de Mendoza. La cocina está en manos del reconocido chef Francis Mallmann, con un menú que atiende lo local sin perder la identidad de la cocina argentina en general. “Las carnes son un clásico argentino que acompañamos con alimentos locales. Trabajamos con productores del Valle de Uco que siempre nos proveen con productos frescos”, explica Matías Mansilla, chef ejecutivo del restaurante.
Algunos hits son las empanadas mendocinas, la trucha y los ñoquis de papa en caja de hierro con langostinos, tomate, piel de limón y queso pepato.
El restó hotel Las Hayas Resort de Ushuaia se destaca por la cocina en una reserva natural de montaña. La propuesta gastronómica está cargo del chef Santiago Teitelman Van Kemenade, que ofrece clásicos como los frutos rojos y el cordero a la estaca o centolla.
Le Martial es reconocido por utilizar productos originarios y característicos de Tierra del Fuego, como la pimienta de canelo, el ñire, el róbalo, el centollón, las algas, los erizos y la salicornia. En este sentido, el uso de ingredientes autóctonos implica una responsabilidad social. “El caso de la merluza negra es un buen ejemplo. Tenemos que cuidarla de la sobreexplotación, ya que recién a los diez años de vida empieza su ciclo de reproducción activa. Es nuestra responsabilidad comprar piezas solo a partir de determinado tamaño y peso para asegurar su futuro”, señala Teitelman Van Kemenade.
El compromiso de Le Martial con la producción local se extiende a ceramistas y carpinteros de la región para el desarrollo del mobiliario y las vajillas del restaurante.
El restaurante del hotel Huacalera está ubicado en el corazón de la Quebrada de Humahuaca, en Jujuy. Encabezado por el galardonado chef Walter Leal, el eje de su propuesta gastronómica pasa por el producto: carpaccio de papa, láminas de llama crudas recubiertas con cítricos y huacatai, entre otras opciones.
El menú del hotel está diseñado para recuperar técnicas y cocciones que revalorizan la cocina andino-jujeña. La zona de la Quebrada es considerada un “mercado natural” que abastece a todo el establecimiento hotelero. “Está tomando mucha fuerza ese movimiento de comer los productos en el lugar de origen”, resalta Leal.
El chef trabaja junto a los pastores y productores de la zona, con los que comparte saberes sobre semillas, hierbas, técnicas y productos antiquísimos.
En la ciudad de Bariloche, el restaurante del Llao Llao Resort cuenta con un menú regional y de otras zonas del país. A cargo del chef ejecutivo Ariel Pérez, la propuesta ofrece clásicos como la trucha, el cordero, los ahumados y los frutos rojos. La novedad reside en la incorporación de productos menos conocidos y propios de la provincia de Río Negro, como el merluzón patagónico y el cordero capón, y las frutas típicas del Valle, como las manzanas y peras.
Como novedad, se propone un menú de sushi elaborado con ingredientes patagónicos: frutos rojos, ciervo y trucha.
Se trata del restaurante del Loi Suites Iguazú Hotel, un paradisíaco paraje en el medio de la selva misionera. A cargo del chef ejecutivo Giovanni Sopczeyszen, la propuesta gastronómica presenta características propias de la cocina brasileña y paraguaya.
El restaurante ofrece un menú regional en el que se utilizan técnicas ancestrales de cocción, donde hay una marcada presencia de la yerba mate y de frutas como el mango, la papaya, el ananá y el maracuyá. “Los guaraníes envolvían el pescado en hojas de banana y lo ponían al fuego para que conserve su humedad y no pierda sus jugos”, resalta Sopczeyszen.
El postre también es autóctono: un mousse de yerba mate con jacaratiá. “La cocinamos durante muchas horas y, al finalizar, le agregamos almíbar. Los jesuitas hacían golosinas con ella”, cuenta el chef. Para la merienda, ofrecen mbeyú, una torta guaraní elaborada sobre base de mandioca y chipá.
A cargo de la chef Patricia Courtois, el restaurante de la localidad de Molinos rescata técnicas y productos típicos de esta región salteña. “Tenemos el privilegio de autoabastecernos con los productos de nuestra estancia; de los animales que criamos y de los vegetales de nuestra huerta”, subraya Courtois.
En el menú se destacan el maíz, las papas, las legumbres y los pimientos. La carta va rotando junto a la estación marcada de cada valle: humita a la chala, ensaladas de huerta y, como en toda propuesta gastronómica de bodega, los sorbetes de malbec y nougat son inflatables.
Desde este hotel en Purmamarca, el chef Sergio Latorre ofrece los mejores exponentes de la cocina jujeña: carne de llama, quinoa, papines, amaranto y maíces, junto a otros ingredientes menos conocidos como el chuño.
En la Quebrada de Humahuaca, la llama y el cordero son las carnes principales. “Se crían libres y son agroecológicos, algo que ahora está de moda pero que acá se hizo toda la vida”, concluye Latorre.