u nombre científico es Apium graveolens, y se lo conoce como apio común para diferenciarlo del apio nabo o apio rábano, del cual se consume principalmente el bulbo, a diferencia del apio común que se consumen sus hojas y tallos.
El apio tiene muchas propiedades nutricionales, y aporta una gran cantidad de vitaminas y minerales de las que podemos destacar las vitaminas del grupo B, empezando por las vitaminas B1, B2 y B3, las tres muy importantes para la absorción de los nutrientes de los alimentos y su metabolismo en el organismo.
Además, estas vitaminas del grupo B, son muy importantes para el buen funcionamiento del sistema nervioso y otras funciones orgánicas, como la vista y la regeneración celular.
El apio es una buena fuente de vitamina B5 o ácido pantoténico, que ayuda a la salud de la piel, a la cicatrización de las heridas, además de compartir las propiedades metabolizantes y beneficiadoras del sistema nervioso con las otras vitaminas B.
Contiene más cantidad aún vitamina B6, con un 13% de la cuantía diaria necesitada para una persona adulta por cada 100 gramos del alimento. La vitamina B6 o piridoxina participa en la formación del ácido clorhídrico, en la absorción de de nutrientes y en la síntesis de la hemoglobina, y ayuda a reforzar el sistema inmune.
También contiene vitamina C, importante para el refuerzo del sistema inmunitario, la síntesis hormonal, la formación del colágeno y la absorción del hierro.
Y para finalizar con la larga lista de vitaminas presentes en las propiedades del apio, se encuentra la vitamina K, de la cual contiene una enorme cantidad, siendo uno de los alimentos con más proporción de esta vitamina, en este caso un 40 % de la cantidad diaria necesitada por cada 100 gramos de apio.
Esta vital vitamina ayuda a transportar el oxígeno por el organismo, participa en el funcionamiento del hígado, en la formación de los huesos y en la coagulación de la sangre.
En cuanto a los minerales del apio, cabe destacar en orden de proporción el fósforo y el hierro, seguido por el manganeso, sodio, potasio y en menor medida magnesio y calcio.
Las propiedades nutricionales del apio son todo un cóctel vitamínico, por lo tanto, es un alimento que se debe incluir en nuestra dieta. Además, es muy versátil en cuanto a su consumo, ya que se puede comer frío o caliente, sólido o líquido.
Cabe destacar que el apio aporta una ingente cantidad de beneficios a la salud gracias a sus propiedades nutricionales.
El apio aporta grandes beneficios para la salud cardíaca gracias a su gran cantidad de vitamina K y vitamina B6. Ayuda a coagular la sangre, a transportar el oxígeno en la sangre, reduce la presión arterial y a mejorar el sistema inmune.
Gracias a ser un alimento rico en fibra, junto al resto de nutrientes, estimula el buen funcionamiento del estómago, ayuda a calmar la acidez estomacal y contribuye a un correcto y sano tracto intestinal.
El potasio presente en buenas cantidades en el apio contribuye a la eliminación de toxinas del organismo.
El apio es de por sí un complemento multivitamínico y multimineral, por lo cual añadirlo a tu dieta es muy positivo para la salud nutricional. En sí mismo, este alimento es un suplemento potente para el bienestar.
Gracias a su fibra y los nutrientes, es un depurativo muy efectivo. Además, ayuda a eliminar los cálculos de riñón o de la vesícula.
El apio se puede tomar o consumir de diferentes maneras. Una de las favoritas de mucha gente es añadirla a los zumos o batidos. Al ser un alimento extremadamente fibroso, lo mejor es licuarlo con una de esas exprimidoras que separan lo sólido de lo líquido.
Se puede consumir en ensaladas, cortado en taco y sus hojas enteras. También es muy común para hacer caldos y sopas. En el caso de las cremas es mejor quitarlo antes de batirlo, ya que las fibras se pueden volver un tanto desagradables en la crema.
Otra forma muy común es comer el apio al vapor, una manera de mantener sus nutrientes y su sabor.
El apio es un alimento con poca toxicidad y no tiene contraindicaciones o posibles efectos secundarios, salvo algunos casos aislados pero importantes.
Por ejemplo, al ser una planta con principios fotosensibles, y consumir apio antes de una exposición al sol puede afectar a la piel. No está recomendado su consumo a las mujeres embarazadas por sus propiedades emenagogas, y por lo tanto representa un riesgo de aborto pese a no estar considerada una de las plantas abortivas más peligrosas.
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