Por Agroempresario.com
El anuncio realizado por el presidente Javier Milei en un lunes que generaba gran expectativa tras el fin del cepo cambiario, prendió una alarma en el sector agropecuario. En una de sus intervenciones públicas, el mandatario advirtió que las retenciones a las exportaciones “vuelven en junio”, revelando una medida que hasta ese momento parecía impensable para el sector, que había depositado esperanzas en la eliminación progresiva de estos gravámenes.
“A las exportaciones tradicionales les bajamos las retenciones transitoriamente, vuelven en junio”, fueron las palabras de Milei, que echaban por tierra las expectativas de una reducción definitiva de las retenciones. Esta medida había sido anunciada en enero, cuando el gobierno redujo las retenciones de la soja y otros granos del 33% al 26%, con el compromiso de que fuera transitoria hasta el 30 de junio. La novedad de su posible regreso ha generado una fuerte respuesta en las entidades agropecuarias.
Las voces del campo no se hicieron esperar. Lucas Magnano, presidente de Coninagro, expresó su sorpresa ante la declaración presidencial: “No esperábamos esa medida sobre las retenciones en este momento”. Además, recalcó que lo que más necesita el sector es previsibilidad, un factor clave para una planificación agrícola de largo plazo.
Por su parte, Andrea Sarnari, titular de Federación Agraria Argentina (FAA), recalcó la situación de los pequeños y medianos productores, quienes se encuentran en plena cosecha y dependen de la venta de sus granos para afrontar los costos de la campaña. “No es el productor agropecuario el que especula”, afirmó, dejando en claro que las decisiones de venta no obedecen a estrategias de retención de grano, sino a la necesidad de cubrir gastos operativos.
A su vez, Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), opinó que el mensaje de Milei parecía estar dirigido más a los exportadores que a los productores. “Nosotros entregamos nuestro producido a exportadores y acopios, la liquidación la hacen ellos”, explicó, restando importancia a la sugerencia del presidente de que el campo “liquide” sus granos.
Lo cierto es que la declaración de Milei abre la puerta a una incertidumbre que podría tener repercusiones graves sobre el futuro inmediato del agro. Si bien los Derechos de Exportación (DEX) fueron presentados como una medida transitoria, la posibilidad de que vuelvan a niveles anteriores amenaza con empañar las expectativas de crecimiento que había generado la reducción parcial de retenciones.
Desde la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), Pablo Ginestet advirtió que las declaraciones de Milei recordaban a épocas pasadas de políticas que se pensaban ya superadas. “La amenaza de que vendan la cosecha o les subimos los impuestos no es buena”, opinó, al tiempo que añadió que la clave para el sector agropecuario es una reducción gradual de los DEX.
Patricio Kilmurray, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (CARTEZ), fue aún más tajante: “No se sabe si es una medida, una propuesta o una amenaza”. La incertidumbre generada por el regreso de las retenciones es un golpe inesperado para un sector que ya enfrenta numerosas dificultades, desde la falta de crédito hasta el alto costo de insumos.
En un contexto de alta inflación y precios internacionales de los commodities que no siempre son favorables, el campo argentino había empezado a respirar con la eliminación del cepo cambiario y la posibilidad de contar con una política económica más amigable. Sin embargo, la advertencia de Milei de que las retenciones se mantendrían “transitorias” hasta junio y luego volverían a su nivel anterior frustra esas expectativas.
En este sentido, Nicasio Tito, titular de la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (FARER), destacó que, aunque el campo ya sospechaba que la baja de retenciones no sería permanente, las declaraciones del presidente generaron desconcierto. “El valor del dólar también juega un papel clave, ya que la eliminación del dólar blend beneficia tanto a los exportadores como a los productores, al permitirles obtener mejores precios por su cosecha”, apuntó Tito.
A pesar de las declaraciones del presidente, los dirigentes del sector agropecuario no dejan de lado su lucha por la eliminación definitiva de las retenciones. Carlos Castagnani, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), insistió en que la reducción total de las retenciones debería ser una meta a largo plazo. “Va a depender mucho de lo que haga el mercado”, expresó Castagnani, subrayando que lo importante es que el gobierno siga el camino de eliminar impuestos distorsivos para que el sector sea más competitivo a nivel internacional.
Por su parte, Andrea Sarnari subrayó que la previsibilidad es el factor clave para que los productores puedan planificar con certeza sus próximos pasos. “El productor necesita saber bajo qué condiciones va a sembrar, y las condiciones deben ser claras y estables, no cambiar de un mes a otro”.
El campo, uno de los motores fundamentales de la economía argentina, se encuentra en una situación compleja. La incertidumbre sobre las políticas fiscales y las retenciones continúa siendo un tema central en la agenda del sector. Los productores piden a gritos políticas públicas claras, que garanticen un futuro más estable y competitivo.
El regreso de las retenciones podría ser una mala señal para los productores, que ven cómo su margen de rentabilidad se achica cada vez más debido a la presión impositiva. Si bien el gobierno había prometido un camino hacia la eliminación gradual de estos impuestos, el anuncio reciente de Milei ha generado desconcierto y una fuerte reacción en las entidades del agro.
La eliminación de las retenciones, más que un reclamo, se ha convertido en una necesidad urgente para que el sector agropecuario pueda seguir siendo competitivo en el mercado global. Solo con un entorno de certeza y previsibilidad el campo podrá seguir invirtiendo, generando empleo y contribuyendo al crecimiento económico del país.
Mientras tanto, la expectación sigue siendo alta, y tanto productores como exportadores aguardan con atención las decisiones que tomará el gobierno en las próximas semanas.