Por Agroempresario.com
Con la siembra de granos finos a la vuelta de la esquina, los productores comienzan a ajustar sus decisiones técnicas y económicas, entre ellas, la compra de fertilizantes. El mercado de insumos se muestra en una fase de transición: mientras la urea ofrece una oportunidad interesante en términos de precio y disponibilidad, los fertilizantes fosfatados enfrentan un contexto más desafiante, tanto por los costos como por el impacto de la geopolítica global.
Según el último informe de la consultora IF, el valor de la urea a nivel local se mantuvo estable respecto de la semana anterior, a pesar de un escenario internacional de gran volatilidad. Por ahora, las operaciones se concretan a un ritmo más lento del habitual para esta época, pero se espera un repunte hacia la segunda mitad de abril, cuando se aclaren los volúmenes disponibles y las condiciones comerciales.
Para especialistas vinculados a los Grupos CREA del sudeste bonaerense, los precios actuales de la urea se ubican dentro de valores históricos atractivos. Dado el contexto agronómico, con perfiles de suelo bien provistos de humedad, y considerando la necesidad de mantener altos niveles de proteína en cultivos como el trigo y la cebada, la recomendación es clara: no escatimar nitrógeno. La clave está en ajustar la dosis en función del potencial productivo de cada lote.
IF también respalda esta recomendación y pone el foco en la relación insumo-producto. Según sus cálculos, la relación urea-trigo está por debajo del promedio de los últimos cinco años y en niveles similares a los del ciclo anterior. Aunque la urea subió en el último mes, el vínculo aún resulta favorable para encarar las aplicaciones necesarias en la siembra de fina.
En el plano internacional, la reciente licitación de India generó expectativas, aunque se estima que no logrará alcanzar su objetivo de compra de 1,5 millones de toneladas, quedándose en torno a las 900.000. China, por su parte, sigue sin habilitar exportaciones y prioriza el consumo interno, lo que mantiene sus precios internos bajos pero limita la oferta global. En Estados Unidos, los precios de los fertilizantes nitrogenados se recuperaron ligeramente, influenciados por la política comercial de la administración Trump, aunque la reducción temporal de aranceles alivió algo la presión. Brasil, una vez más, actuó como regulador del mercado, con valores que rondan los USD 354–365 CFR, a la espera de una posible baja en mayo.
Muy diferente es la situación de los fertilizantes fosfatados, donde la presión alcista es evidente. El fosfato monoamónico (MAP), insumo clave para la reposición de fósforo en los suelos, se encareció en el mercado internacional, y esto ya empieza a reflejarse en los precios locales. IF reportó subas de entre USD 10 y USD 15 en la última semana, empujadas por la oferta restringida a nivel global.
Un técnico CREA del sudeste bonaerense indicó que la actual relación MAP-trigo es “aceptable”, aunque lejos de ser ideal. “Estamos un 15% por encima de los valores promedio de los últimos cinco años. La recomendación es ajustar ligeramente a la baja los modelos productivos. Para reponer fósforo vamos a tener más margen más adelante”, señaló.
En el mercado argentino, si bien las operaciones con fosfatados fueron escasas, se mantienen conversaciones con proveedores de Estados Unidos y del norte de África. Sin embargo, los costos logísticos y las condiciones de acceso siguen siendo un escollo para cerrar negocios. Las subas internacionales no ayudan: en Brasil, por ejemplo, el precio del MAP ya superó los USD 695 CFR, y en algunos casos puntuales incluso se ofrecieron valores superiores. La presión alcista global se explica, en parte, por la ausencia de China en el mercado exportador y los aranceles comerciales impuestos por Estados Unidos, que reducen las alternativas para los compradores del resto del mundo.
En EE.UU., la incertidumbre sobre nuevos aranceles a productos importados desde México añade tensión a un mercado ya condicionado. Brasil volvió a ubicarse entre los actores más activos, pero lo hizo con posturas cautelosas, dejando en evidencia que la demanda aún no se consolida.
En este contexto, los importadores locales comenzaron a ajustar sus listas de precios, ante la inminente demanda interna por la siembra de fina. Si bien el mercado sigue lento, se espera que los movimientos se aceleren en las próximas semanas, en especial si se confirman nuevas subas en los precios internacionales.