Por Agroempresario.com
En el noreste de Brasil, donde el sol domina el paisaje y el viento moldea la arena, existe un lugar que desafía toda lógica geográfica: el Parque Nacional de los Lençóis Maranhenses. A primera vista parece un desierto convencional, con dunas interminables de arena blanca. Pero durante buena parte del año, este lugar se transforma en una joya natural sin igual: entre las dunas emergen lagunas de aguas cristalinas que reflejan el cielo como espejos.
Este fenómeno ocurre gracias a las lluvias estacionales. Entre enero y junio, las intensas precipitaciones tropicales llenan los espacios entre las dunas, formando lagunas naturales de color esmeralda y turquesa. Algunas de estas lagunas alcanzan hasta 100 metros de longitud y varios metros de profundidad, creando paisajes oníricos que atraen a miles de turistas cada año.
Ubicado en el estado de Maranhão, este parque abarca una superficie de más de 1500 km² y se extiende hasta el litoral atlántico con aproximadamente 80 kilómetros de costa. Lo más llamativo es que no se trata técnicamente de un desierto, ya que recibe una cantidad considerable de lluvia anualmente. Sin embargo, su suelo arenoso y su aspecto árido lo hacen parecer uno.
Los vientos del Atlántico son los encargados de modelar las dunas, formando largas cadenas conocidas como barjanes. Estos montículos de arena móviles y otras más estabilizadas componen el sistema de dunas más extenso de Sudamérica. Durante la temporada seca, muchas de las lagunas se evaporan, pero las más profundas persisten y se convierten en refugios para especies únicas de flora y fauna.
Reconocido por la UNESCO, el Parque Nacional de los Lençóis Maranhenses posee un valor geológico, geomorfológico y ecológico inigualable. Según el organismo, cumple un rol clave en la conservación de la biodiversidad y tiene gran relevancia científica y educativa.
La ubicación del parque, en una zona de transición entre tres biomas brasileños —el Cerrado, la Caatinga y la Amazonía— lo convierte en un punto estratégico para la observación de ecosistemas diversos.
Visitar Lençóis Maranhenses es adentrarse en uno de los paisajes más surrealistas del planeta. Allí, el agua y la arena coexisten en armonía, desafiando las nociones tradicionales del desierto y ofreciendo un espectáculo natural que no tiene comparación en ningún otro rincón del mundo.