Por Agroempresario.com
En el Marco de la Cuarta Temporada de Ciclo Audiovisual “Comunicandonos en Agroempresario.com” recibimos a Fernando Perez Eseiza, Director de Ingeniería Agronómica en la Universidad Católica Argentina (UCA) y Director de Safety Agro, en una entrevista exclusiva junto a Fernando Vilella, Director de Desarrollo Estratégico y Contenidos de Agroempresario.com. Durante el diálogo Perez Eseiza compartió su visión sobre la educación agronómica integral que combine la sostenibilidad, la gestión empresarial y el cuidado del medio ambiente. También sobre la importancia de la bioeconomía, el valor agregado y el impacto ambiental en la formación de futuros profesionales del agro.
Uno de los puntos más destacados de la charla fue el crecimiento sostenido de la matrícula de alumnos, especialmente en las localidades del interior del país. Perez Eseiza se mostró satisfecho con el incremento de estudiantes provenientes de provincias como San Juan, Mendoza y Misiones, que han comenzado a ser parte activa de la formación en agronomía y carreras relacionadas. Este crecimiento demuestra no solo el interés creciente en la agronomía como carrera profesional, sino también la necesidad de un enfoque educativo más inclusivo, que llegue a todos los rincones del país.
“Cada vez tenemos más alumnos en las localidades del interior. Es una de las principales novedades, ya que el acceso a una formación de calidad en agronomía debe ser para todos, independientemente de su lugar de residencia”, afirmó Perez Eseiza. La UCA ha logrado consolidar su presencia en diversas regiones, con una oferta educativa robusta que abarca tanto la carrera de Ingeniería Agronómica como programas de posgrado.
El enfoque académico en la UCA se basa en tres pilares fundamentales: la producción sostenible, la gestión empresarial en el ámbito agropecuario y el cuidado integral del medio ambiente. Según Pérez Eseiza, estos tres ejes son los que definen el perfil del egresado de la carrera de Ingeniería Agronómica de la institución. El concepto de bioeconomía, que busca aprovechar los recursos biológicos para producir bienes y servicios de manera sostenible, es un componente clave en la formación de los futuros profesionales.
“La bioeconomía es esencial para el futuro de la producción agropecuaria. No solo es necesario producir más, sino hacerlo de manera sostenible, cuidando el ambiente y generando valor agregado en cada etapa del proceso”, explicó el director. La incorporación de estas temáticas en el currículum académico busca preparar a los estudiantes para enfrentar los desafíos del siglo XXI, donde la sostenibilidad y la eficiencia en el uso de los recursos naturales son prioritarios.
Otro de los aspectos que Perez Eseiza destacó durante la entrevista fue el impulso a la investigación aplicada en su facultad. En mayo, se instalará un nuevo grupo de investigación con dos proyectos en la UCA, donde los estudiantes y docentes trabajarán en proyectos innovadores relacionados con la reproducción animal y el uso de nanopartículas en productos biológicos. Este enfoque busca potenciar la investigación científica que contribuya a la mejora de la productividad y sostenibilidad del agro, con un fuerte componente de innovación tecnológica.
Además, la UCA se ha integrado al circuito académico internacional a través de la colaboración con universidades extranjeras. Perez Eseiza mencionó que en los últimos meses se han establecido acuerdos de cooperación con instituciones en Alemania para ofrecer cursos. La institución tiene cursos para estudiantes internacionales sobre temas como alimentación, cultura y sostenibilidad. Esta movilidad académica es fundamental para la formación de profesionales con una visión global del sector agropecuario.
En un contexto global cada vez más digitalizado, la UCA ha dado un paso adelante al incorporar un modelo híbrido de enseñanza. Las aulas ahora combinan clases presenciales con la posibilidad de acceder a contenidos en línea, lo que permite una mayor flexibilidad para los estudiantes, especialmente aquellos que residen en localidades alejadas de los centros urbanos. Además, la evaluación académica ha evolucionado: en lugar de depender exclusivamente de exámenes finales, la evaluación continua, basada en la participación activa en clase y proyectos prácticos, se ha convertido en un modelo que favorece el aprendizaje integral.
“Estamos adaptando nuestras metodologías de enseñanza a las nuevas demandas de los estudiantes. La interacción es clave, por eso hemos optado por un modelo participativo donde los estudiantes son parte activa del proceso de aprendizaje”, explicó Perez Eseiza. Esta modalidad no solo mejora la calidad educativa, sino que también permite que los alumnos desarrollen habilidades prácticas y de trabajo en equipo, fundamentales para su futuro profesional.
Perez Eseiza también reflexionó sobre la necesidad de formar profesionales que no solo comprendan la realidad local, sino que también estén preparados para interactuar en un mercado globalizado. Con la tecnología como aliada, los egresados de la UCA deben estar capacitados para utilizar herramientas digitales, como el monitoreo satelital y la gestión de datos agrícolas, que son esenciales para la toma de decisiones informadas en el agro.
“Hoy en día, los profesionales del agro deben ser capaces de manejar información de manera eficiente. El uso de tecnologías como el Big Data, la inteligencia artificial y el monitoreo satelital son herramientas clave para mejorar la productividad y la sostenibilidad en el sector”, destacó Perez Eseiza. El sector agroindustrial argentino necesita cada vez más profesionales con habilidades digitales que puedan aplicar el conocimiento de manera efectiva para maximizar el valor agregado en la producción.
Uno de los aspectos más enriquecedores del enfoque educativo de la UCA es la colaboración interdisciplinaria. Los estudiantes de ingeniería agronómica comparten espacios y proyectos con estudiantes de carreras como biotecnología, informática y diseño industrial, lo que fomenta una visión integral de los problemas del agro. Pérez Eseiza considera que esta interacción entre disciplinas es crucial para el desarrollo de soluciones innovadoras que aborden los retos de la sostenibilidad y la eficiencia productiva.
“La interacción con profesionales de otras áreas, como los informáticos, los diseñadores y los biotecnólogos, enriquece el trabajo de nuestros estudiantes y les permite desarrollar soluciones más integrales para los desafíos del sector agropecuario”, señaló Perez Eseiza. Este enfoque interdisciplinario prepara a los estudiantes para un futuro laboral en el que las soluciones innovadoras surgirán de la colaboración entre diferentes campos del conocimiento.
Para Fernando Perez Eseiza, la educación agronómica no solo se trata de formar profesionales altamente capacitados, sino también de fomentar una mentalidad que valore la sostenibilidad, el cuidado del ambiente y el valor agregado. En un país con un sector agropecuario tan relevante como Argentina, la universidad tiene la responsabilidad de preparar a sus estudiantes para afrontar los retos del futuro, promoviendo una producción más eficiente y respetuosa con el medio ambiente.
“Hoy más que nunca, la educación agronómica debe ser una herramienta de transformación. Necesitamos profesionales comprometidos con la sostenibilidad, que puedan generar valor agregado desde el campo y contribuir a un futuro más próspero y equitativo basado en el desarrollo de las personas”, concluyó Perez Eseiza.