En la Cuarta Temporada de “Comunicándonos en Agroempresario.com”, el ciclo conducido por Fernando Vilella, Director de Desarrollo Estratégico y Contenidos de Agroempresario.com, recibimos al diputado nacional por Córdoba Carlos Gutiérrez, quien no dudó en marcar una posición firme desde el inicio: “No se puede hablar del campo y después votar en contra de la producción”. Con esa frase contundente, abrió una conversación profunda en la que recorrió los principales desafíos del federalismo productivo, el rol estratégico del Congreso, el conflicto de la resolución 125 y la necesidad urgente de reglas claras para garantizar un modelo de país basado en el trabajo, la innovación y el desarrollo territorial inclusivo.
Pero no fue una entrevista más: fue un testimonio político con raíces personales, atravesado por la historia del campo cordobés, el aprendizaje que dejó la crisis institucional de 2008 y una mirada decidida hacia el futuro. “Hay que dejar de discutir todo desde Buenos Aires. Los problemas de la Argentina se resuelven en el interior, produciendo más y mejor, con innovación, infraestructura y biotecnología”, afirmó Gutiérrez con claridad y convicción.
Hijo de productores del sur cordobés, Gutiérrez reconstruyó su propia trayectoria a partir de la vida rural. “Mi familia llegó al país después de la Segunda Guerra Mundial, escapando de la miseria y de la guerra. Como muchas familias inmigrantes, encontraron en el campo argentino una oportunidad. Y fue el trabajo el que nos dio dignidad”, relató.
Esa experiencia fundacional marcó su visión sobre el agro: no como una postal costumbrista, sino como el corazón mismo del desarrollo nacional. “El campo no es solo soja. Es ciencia, es empleo, es arraigo, es federalismo. Y cuando se le pone el pie encima a la producción, se le está quitando futuro a todo el país”, aseguró.
Buena parte de la charla con Fernando Vilella giró en torno al conflicto de la resolución 125 en 2008, que introdujo retenciones móviles al agro y generó una de las crisis institucionales más profundas de los últimos tiempos. “Ahí vimos con claridad qué modelo de país queremos. Algunos creen que al campo hay que sacarle para repartir. Nosotros creemos que hay que acompañarlo para que produzca más y genere trabajo”, expresó Gutiérrez.
El diputado fue enfático al recordar que la resolución 125 no solo fracturó al país entre el interior y el AMBA, sino que también puso en evidencia las fallas estructurales de un modelo centralista y extractivista. “No es casualidad que ese conflicto haya surgido en un momento donde el Congreso casi no tenía peso. Fue la propia movilización ciudadana y rural la que forzó el debate institucional”, explicó.
En ese marco, Gutiérrez planteó que la salida a las tensiones históricas entre Buenos Aires y el interior no puede ser la confrontación permanente, sino la institucionalidad. “Si el Congreso no es el lugar donde se debaten las reglas del desarrollo, entonces no hay futuro posible. Necesitamos consensos, no slogans”, remarcó.
Esa vocación por el acuerdo lo llevó a cuestionar con dureza a ciertos sectores que, según sus palabras, “dicen una cosa en campaña y hacen otra en el recinto”. Y lanzó una advertencia: “Es muy fácil sacarse una foto con una cosechadora y después votar en contra de los biocombustibles o de la ley de semillas. Nosotros no vamos a caer en esa hipocresía”.
Durante el encuentro con Agroempresario.com, Gutiérrez puso en valor el camino recorrido por Córdoba en las últimas dos décadas. “Córdoba demostró que se puede crecer con consensos. Apostamos a la infraestructura productiva, al orden fiscal, a la articulación público-privada. Y eso nos permitió salir adelante incluso en contextos nacionales muy adversos”, afirmó.
Destacó particularmente el trabajo realizado en materia de caminos rurales, energía para la industria, educación técnica y biocombustibles. “No estamos esperando que nos den un subsidio. Lo que queremos son reglas claras, seguridad jurídica y políticas activas para fomentar la inversión”, agregó.
También valoró la articulación con el sector académico y científico, y señaló que Córdoba es hoy una referencia en bioeconomía, desarrollo agroindustrial e innovación genética. “La universidad no puede estar desconectada del campo. Al contrario, tiene que ser su principal aliada”, aseguró.
Uno de los ejes centrales del testimonio de Gutiérrez fue la necesidad de sostener y potenciar la industria de los biocombustibles, que representa una de las mayores oportunidades para la transición energética y el agregado de valor en origen. “No puede ser que estemos discutiendo todavía si los biocombustibles tienen que ser parte de la matriz energética. Ya demostramos que son viables, eficientes y sostenibles”, apuntó.
Advirtió que detrás del lobby de las petroleras se esconde una mirada centralista y antiindustrial. “Los biocombustibles generan empleo en el interior, reducen emisiones y evitan importar energía. ¿Qué más hay que discutir?”, se preguntó con ironía.
En el mismo sentido, Gutiérrez criticó la falta de avances legislativos en torno a una nueva Ley de Semillas. “Es inaceptable que Argentina no tenga una legislación moderna que promueva la inversión en genética, proteja la propiedad intelectual y garantice el acceso de los productores a la tecnología”, sostuvo.
Dijo que “es hora de dejar atrás las ideologías y empezar a legislar para el siglo XXI. No se puede hablar de soberanía alimentaria si no cuidamos la innovación nacional”.
Para Gutiérrez, el verdadero federalismo no se declama, se construye. Y eso implica poner el eje en la producción, el trabajo y la equidad territorial. “No queremos que nos regalen nada. Queremos que nos dejen hacer. Con estabilidad macroeconómica, crédito accesible y logística eficiente, el agro argentino puede duplicar su producción en una década”, proyectó.
Además, alertó sobre la urgencia de generar arraigo en las zonas rurales. “No hay país posible si cada vez más gente se va del interior a las ciudades. El arraigo se construye con educación, conectividad, salud y oportunidades. No con asistencialismo”, indicó.
A lo largo de la entrevista, el mensaje fue claro: Argentina tiene una oportunidad histórica si logra potenciar a su interior productivo. “No podemos seguir dependiendo de una macroeconomía que asfixia al que produce. Hay que cambiar las prioridades: menos gasto político, más inversión productiva”, propuso Gutiérrez.
Y redobló la apuesta: “Mientras algunos discuten ideologías del siglo pasado, nosotros queremos discutir cómo duplicamos las exportaciones, cómo reducimos la pobreza con empleo y cómo aprovechamos cada hectárea disponible para generar valor”.
El cierre de la charla no dejó dudas sobre la convicción que guía al legislador cordobés: “El Congreso tiene que ser el lugar donde se construyan las bases de un país más justo, moderno y productivo. No vamos a permitir que nos impongan recetas desde un escritorio porteño. Vamos a defender al interior con hechos, no con palabras”.
Carlos Gutiérrez dejó en claro que su compromiso con el agro no es circunstancial ni oportunista, sino parte de una identidad forjada desde la tierra y la política. “Mi historia está hecha de sembrar, de esperar, de confiar. Y también de resistir cuando intentaron arrebatarnos el futuro con medidas injustas. Por eso hoy digo: no se puede hablar del campo y después votar en contra de la producción”, concluyó.