Según reportó el productor e ingeniero agrónomo de profesión, Hugo Kolaszinsky,en estos lotes, ubicados a unos 15 kilómetros al sur de Castelli, se hicieron ya entre cinco y siete aplicaciones y según confirmó el técnico a Agroperfiles, los lotes no serán cosechados debido al escaso rinde que tendrán, dado el avance en los ataques dados por la superplaga.
Contó que en su lote hubo rebrote, “pero las condiciones climáticas no acompañaron, más que nada poca luz y bajas temperaturas”, dijo.
“En mi zona el algodón temprano es el que va teniendo mejor resultado”, dijo, en referencia a los sembrados entre fines de septiembre a primeros días de octubre.
A la par, desde la zona de Villa Angela, Aldo Kizur aportó que “yo un lote le metí desencontrada antes de esta lluvia, no quise jugarme con el rebrote, tenía que seguir gastando sobre algo que no se si va llegar y cuánto puede llegar a dar de rinde”.
Cabe recordar que es absolutamente necesario la destrucción de los rastrojos de algodón, dado que con ellos, se le quita al picudo el lugar en donde vive. Sin embargo habrá que hacer hincapié que se necesita un fuerte operativo y control en la instalación de las trampas, para que los insectos que migran sean atraído por la feromona de las trampas.
En la etapa de fin de cultivo se solicita a quienes produzcan algodón, destruir los rastrojos inmediatamente después de realizar la cosecha y, de cara a la nueva campaña, 30 días antes de la siembra activar las trampas para tener conocimiento de la cantidad de población que quedó viva.
La pregunta del millón es saber si hay trampas suficientes en primer lugar y luego, saber si hay feromona para las mismas. Al menos esa es la pregunta que se están haciendo por estos días los productores algodoneros.
AgroPerfiles