Desde la Secretaría de Servicios Públicos del Municipio se difundieron imágenes y mensajes que muestran distintas situaciones preocupantes vinculadas a la disposición incorrecta de residuos domiciliarios y especiales.
En varias ocasiones, se detectó la presencia de residuos peligrosos como vidrios rotos, jeringas o productos químicos descartados junto a la basura común. Estas prácticas no solo son inapropiadas, sino que representan un riesgo directo para la salud de los recolectores y afectan la calidad ambiental de la ciudad.
También se identificaron montículos de poda y escombros arrojados fuera de los días y lugares establecidos, lo que contribuye al deterioro del espacio público, entorpece el tránsito y facilita la proliferación de plagas.
Desde el Municipio se insiste en que el cambio comienza con cada vecino y vecina:
Residuos peligrosos deben llevarse a los puntos verdes o solicitar orientación al área de Medio Ambiente.
Montículos solo deben sacarse los días estipulados por zona, para garantizar un servicio ordenado y eficaz.
“Si sabemos que está mal y lo seguimos haciendo, es muy difícil que podamos ver el cambio en aquellas cosas que nos afectan a todos”, expresaron desde el área.
Cuidar la ciudad es una tarea compartida, que requiere conciencia individual y compromiso colectivo.