En la Cuarta Temporada de “Comunicándonos en Agroempresario.com”, junto a Fernando Vilella, Director de Desarrollo Estratégico y Contenidos, recibimos a Roberto Bisang, economista con amplia trayectoria en la agroindustria. Bisang comparte su visión sobre el enorme potencial de Argentina para posicionarse como líder mundial en bioeconomía y producción sustentable. A lo largo de su carrera, marcada por profundas raíces familiares en el campo y un sólido conocimiento técnico y político, analiza los desafíos y las oportunidades que surgen al integrar innovación, sustentabilidad y desarrollo federal en la matriz productiva nacional.
Bisang recuerda que su vinculación con la producción agropecuaria nace desde la infancia, creciendo en una familia que trabajó en la tierra durante décadas. Esta experiencia directa le dio un conocimiento invaluable de la realidad rural y la importancia de la producción como motor de desarrollo. “El maíz no es solo un cultivo, es una oportunidad para reconstruir una economía que genere trabajo genuino y valor agregado”, señala.
Destaca que la transformación debe sustentarse en una producción responsable, que cuide el medio ambiente y asegure la viabilidad a largo plazo. La bioeconomía aparece así como una estrategia clave para aprovechar recursos naturales renovables, combinando innovación tecnológica con prácticas sustentables.
Para el Economista, la bioeconomía no es una moda sino una necesidad estratégica. El país cuenta con condiciones naturales privilegiadas, un conocimiento técnico de primer nivel y una matriz productiva que puede integrarse para maximizar el valor de sus materias primas. “Argentina tiene la posibilidad de agregar valor desde el campo hasta la industria, generando empleo en zonas rurales y fomentando el desarrollo federal”, explica.
Bisang subraya que este proceso requiere políticas claras, inversión pública y privada, y un marco regulatorio que incentive la innovación y garantice la sustentabilidad ambiental. La producción de biocombustibles, biogás y otros bioproductos debe complementarse con la agricultura regenerativa y la captura de carbono para avanzar hacia una economía carbono neutral o incluso negativa.
Roberto enfatiza que el maíz es un cultivo estratégico para este cambio de paradigma. “El maíz tiene múltiples usos industriales, energéticos y alimenticios. Su producción sustentable puede impulsar cadenas de valor que involucren desde el productor hasta la industria y el consumidor final.”
Detalla que la clave está en mejorar los procesos productivos para reducir la huella de carbono, incorporar tecnologías de precisión y fomentar la agricultura regenerativa que mejore los suelos y preserve la biodiversidad. La medición y certificación de la huella ambiental son esenciales para acceder a mercados internacionales exigentes y aprovechar los mercados de carbono.
Bisang destaca que la innovación tecnológica debe ir acompañada de un enfoque social y ambiental. “No alcanza con producir más, debemos producir mejor y con menor impacto ambiental, generando valor agregado y empleo de calidad en las regiones productivas.”
Señala que la bioeconomía puede ser una herramienta para reducir la desigualdad y fortalecer el desarrollo federal, integrando a pequeños y medianos productores y generando redes de cooperación público-privada.
El economista señala que, para alcanzar este potencial, es fundamental superar obstáculos estructurales. Entre ellos, destaca la necesidad de reglas claras y estables, inversión en infraestructura, acceso a financiamiento y un sistema de certificación confiable para bioproductos y emisiones.
Además, resalta la importancia de un Estado activo que promueva la articulación entre los distintos actores y garantice la sustentabilidad a largo plazo, con políticas que incentiven la adopción de tecnologías limpias.
Bisang concluye con un llamado a la acción para todos los sectores involucrados: productores, empresas, gobiernos y la sociedad civil. “Tenemos una oportunidad única para transformar nuestra economía, generar empleo y cuidar nuestro medio ambiente. La bioeconomía es el camino para un desarrollo sustentable, federal y competitivo a nivel global.”