Por Agroempresario.com
En una decisión estratégica que podría marcar un antes y un después en la matriz energética del norte argentino, la petrolera WICO Combustibles, con sede en Mendoza, evalúa importantes inversiones en Tucumán para impulsar la producción y uso de biocombustibles, particularmente bioetanol de caña de azúcar, y expandir su presencia comercial con una red de estaciones de servicio de bandera propia.
La propuesta empresarial recibió el respaldo del Gobierno de Tucumán, en línea con la visión del gobernador Osvaldo Jaldo de promover el crecimiento económico a través de la iniciativa privada. Así lo confirmó el ministro de Economía y Producción, Daniel Abad, quien encabezó una reunión clave con el presidente de WICO, Fernando Riccomi; el industrial azucarero y presidente de la Unión Industrial de Tucumán, Jorge Rocchia Ferro; el director de Biocombustibles y Bioenergía de Córdoba, Mariano Santillán; y Jorge Etchandy, gerente del Instituto de Promoción del Azúcar y Alcohol de Tucumán (IPAAT).
Abad destacó que Tucumán es uno de los mayores productores de bioetanol del país, un recurso clave que hoy se entrega a otras petroleras para su mezcla con naftas. “La idea de WICO es instalarse en Tucumán con su propia bandera y desarrollar su red de abastecimiento a partir de combustibles con mayor porcentaje de corte de biocombustibles”, explicó el funcionario. Además, resaltó que estas inversiones no solo traerán valor económico, sino también impacto social, a través de la generación de empleo calificado.
La instalación de una planta de blendeo en Tucumán permitiría a WICO fabricar su propio combustible en la región, abriendo la puerta a un nuevo paradigma energético sustentado por producción local y abastecimiento regional, beneficiando a otras provincias del NOA.
WICO es una de las siete compañías en Argentina habilitadas por la Secretaría de Energía de la Nación para llevar a cabo refinación primaria de petróleo crudo. Su planta principal se ubica en Luján de Cuyo, Mendoza, y ya opera en provincias como Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe.
Riccomi detalló que la empresa ya impulsa cortes superiores de biocombustibles en Córdoba, donde vehículos de flotas públicas y privadas funcionan sin inconvenientes con nafta E17 (17% de bioetanol) y gasoil B20 (20% de biodiesel). “Esto demuestra que los combustibles con mayor corte son compatibles con motores convencionales y viables para su implementación masiva”, afirmó.
Para Riccomi, Tucumán posee una ventaja estratégica al ser el principal productor de bioetanol de caña de azúcar, una de las dos fuentes primarias junto al maíz. “Instalando una planta en Tucumán, se abre la posibilidad de abastecer a todo el NOA, apoyando el desarrollo de una industria con enorme potencial”, indicó.
El empresario adelantó que se proyectan inversiones que van desde 100.000 a 400.000 dólares por estación de servicio, mientras que la planta de blendeo demandaría una inversión de varios millones, dependiendo del volumen de producción estimado. “Estas inversiones no solo son económicas, sino que implican crear empleo local para operar y mantener estas instalaciones”, puntualizó.
El referente de los industriales azucareros tucumanos, Jorge Rocchia Ferro, remarcó que la producción de alcohol es esencial para dar estabilidad al cultivo de caña de azúcar. “Sin exportación ni producción de alcohol, el azúcar no tendría viabilidad comercial. El equilibrio es clave”, enfatizó.
Celebró además la iniciativa de WICO, que busca incrementar el corte de bioetanol hasta un 30%, en línea con lo que ya aplican países como Brasil, India y Estados Unidos. “Hoy, Brasil mezcla al 30% sin problemas y utiliza 36.000 millones de litros de alcohol por año. Esta visión posiciona a Tucumán como actor clave en el futuro energético de la región”, sostuvo.
Mariano Santillán, representante del gobierno cordobés, celebró que Tucumán busque replicar el modelo exitoso cordobés de integración entre el agro, el biocombustible y la industria energética. “Esta iniciativa combina desarrollo productivo, compromiso con el cambio climático y visión federal”, afirmó.
Santillán subrayó que los biocombustibles son una vía de transición hacia una matriz energética más limpia, especialmente en regiones con una fuerte base agroindustrial. “Tucumán tiene mucho para aportar y WICO puede ser un aliado clave para que eso se concrete”, concluyó.
Este acercamiento entre gobiernos provinciales, el sector agroindustrial y empresas energéticas marca una nueva hoja de ruta para la transición energética federal. En un contexto donde el mundo avanza hacia fuentes renovables y menos contaminantes, la articulación público-privada cobra un rol central.
La propuesta de WICO no solo potencia la industria azucarera y energética de Tucumán, sino que también ofrece una alternativa viable y escalable para otras regiones del país. La sinergia entre producción agrícola, innovación tecnológica y políticas públicas puede convertir al NOA en líder nacional en producción y uso de biocombustibles, con impacto positivo en empleo, exportaciones y medio ambiente.
El próximo paso será concretar convenios y comenzar los estudios de factibilidad para definir localizaciones, estructuras impositivas y condiciones logísticas. Si se confirma, esta inversión marcará un nuevo capítulo en la historia energética del norte argentino, con Tucumán como protagonista.