Por Agroempresario.com
La pesca del langostino, uno de los productos marinos más valiosos de Argentina, enfrenta una grave crisis este año debido a un conflicto sin resolución entre cámaras empresarias y sindicatos de marineros. La disputa afecta directamente las exportaciones, que ya muestran una caída significativa en volumen y valor.
En 2024, Argentina exportó aproximadamente 130.000 toneladas de langostinos salvajes, generando ingresos cercanos a los 2.000 millones de dólares. Sin embargo, este año ya se perdieron más de 200 millones de dólares por la paralización de la flota congeladora y la negativa de los sindicatos a modificar el convenio colectivo vigente.
El convenio vigente data de hace 20 años y estipula un pago por kilo de langostino que no refleja la realidad actual del mercado. “El precio del langostino en el convenio es de 12 dólares por kilo, mientras que hoy nos pagan aproximadamente 5 dólares”, explicó Agustín De la Fuente, presidente de la Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras (CAPIP). Esta desactualización genera un desequilibrio que hace inviable la actividad pesquera bajo las condiciones actuales.
De la Fuente destacó que “venimos insistiendo en la necesidad de actualizar el convenio, que está dolarizado y desfasado hace mucho tiempo. El avance del langostino cultivado también presiona a la baja los precios y el sector debe adecuarse para seguir competitivo.” Pese a estas advertencias, los gremios mantienen su postura de rechazo a cualquier modificación.
Por su parte, Raúl Durdos, secretario general del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), ratificó la negativa a discutir cambios en el convenio colectivo y no acepta analizar la estructura de costos actual de la flota congeladora.
La falta de acuerdo provocó que la flota, compuesta por 113 barcos congeladores, permanezca amarrada desde el 17 de marzo, con más de 3.200 trabajadores embarcados inactivos. Esta situación afecta directamente a las economías locales y a la cadena logística vinculada a la pesca en puertos como Puerto Deseado, Puerto Madryn y Mar del Plata.
Fernando Álvarez Castellano, presidente de Conarpesa, señaló que la negociación con SOMU quedó en “foja cero” y afirmó que la reducción salarial propuesta es considerable: un marinero que en junio de 2024 tenía una remuneración bruta de más de 13 millones de pesos mensuales pasaría a cobrar poco más de 12 millones, lo que representa una baja de aproximadamente 1,6 millones de pesos. Sin embargo, debido a la negativa gremial, actualmente solo perciben el salario básico, cercano a los 500.000 pesos, ya que los barcos no están operativos.
El impacto económico se extiende a toda la cadena productiva y al sector exportador, que representa el 3,9% de las exportaciones argentinas y genera más de 46.000 empleos directos. La crisis del langostino no solo afecta a la pesca, sino también a la industria, el comercio y las comunidades costeras que dependen de esta actividad.
Mientras las partes no logran un acuerdo, la temporada de langostino avanza sin actividad y las expectativas de ingresos por exportaciones se ven comprometidas, en un contexto económico que exige mayor competitividad y adaptabilidad.