a sarna común ovina, es producida por un ácaro denominado Psoroptes ovis, y se trata de una de las parasitosis que mayor daño causa en la producción ovina. La investigadora Marcela Larroza, investigadora de INTA EEA Bariloche, dio a conocer todo acerca de esta enfermedad.
Indicó que la enfermedad es altamente contagiosa, y se transmite principalmente por contacto directo con ovinos afectados, y por la presencia de ácaros vivos en la ropa del personal de campo, instalaciones, o maquinaria de esquila.
Aunque en las etapas iniciales de la infestación las lesiones son prácticamente indetectables, una vez que avanza, los signos pueden ser: los animales sufren una intensa picazón y se rascan permanentemente, incluso contra postes y alambrados, se afecta severamente la calidad de la lana y del cuero, pudiendo llegar a la muerte en los casos más graves.
Las condiciones predisponentes para los ácaros, son favorecida por el frío y la humedad, por lo cual la sarna psoróptica se manifiesta clásicamente en invierno. Esto determina que las majadas patagónicas sufran una mayor exposición, ya que el ambiente frío se mantiene constante durante muchos meses del año.
En este marco, aseguran que la presencia de sarna provoca graves pérdidas económicas, debido a la disminución de la cantidad y calidad de lana, la mortandad de animales, la pérdida de peso y de condición corporal, y los costos de tratamiento para su control.
En función al alto número de casos de sarna en la Patagonia, el GSA realizó pruebas en ovinos para determinar la eficacia de algunos de los productos antisárnicos disponibles en el mercado, y si bien hasta el momento no se detectó resistencia antiparasitaria, se observó que el tiempo requerido para lograr la efectividad máxima fue mayor al esperado, en algunos casos aproximadamente un mes.
Por este motivo, se destaca la importancia de prevenir el ingreso de sarna en los establecimientos, y para esto se resumen algunas medidas relativamente simples pero fundamentales a tener en cuenta:
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