n la mirada de los museólogos que los definen en los albores del siglo XXI, los museos constituyen un medio de comunicación, una obra que puede ser leída en tres niveles: el de los objetos, el del mundo al que estos objetos representan, y el del museo mismo, según sea el mensaje que elige y el modo de exhibir su acervo, afirma Alicia Talsky, quien fuera Directora del Museo Provincial Brigadier Estanislao López, en la provincia de Santa Fe.
Aquellos museos que encierran la tradición gaucha y el pasado rural de Argentina son los más convocantes en esta fecha, víspera del “Día de la Tradición”. En el Museo Gauchesco Ricardo Güiraldes, ubicado en San Antonio de Areco, convergen la arquitectura tradicional, historia y los usos y costumbres de la cultura gauchesca. Se encuentra en las inmediaciones del casco urbano bañado en su límite sur por las aguas del Río Areco y muy cerca de la famosa pulpería La Blanqueada. Esta perlita rural, custodia celosamente historias de antepasados arequeros siendo un espacio de construcción de identidad con información referente a Ricardo Güiraldes, la figura del gaucho además de una interesante pinacoteca, gran colección de platería, sogas y la biblioteca con ediciones de importante valor literario y documentos de la época de Juan Manuel de Rosas, e importante colección de armas y marcas de ganado, entre otras.
Si andan por los pagos de Mar del Plata sugiero llegar hasta el Museo José Hernández, camino a Sierra de los Padres, donde la laguna cuenta su historia. Construido en 1882 por Eusebio Zubiaurre y rodeado del entorno natural acorde con su impronta rural, es el antiguo casco de la desaparecida “Estancia Laguna de Los Padres”, cerca de la Ruta 226 en el km. 14,5.
El acceso se realiza a través de un camino escoltado por añejos árboles quienes regalan maravillosa sombra a los interesados en descubrir sus secretos gauchos. Allí vivió desde 1846 hasta 1854 José Hernández, autor del poema gauchesco Martín Fierro quien solía acompañar a su padre en trabajos de la estancia. Recorrer las salas de exhibición permite descubrir la historia rural de la región y del gaucho, el saladero, el trabajo ganadero: yerra, esquila reseros y las primeras estancias. Sorprendentes son los objetos de fabricación indígena, herramientas de trabajo de hombres y mujeres de la campaña, publicaciones de literatura gauchesca y fotografías del ayer rural. Recorrer construcciones de antaño muy bien conservadas, el galpón de esquila, el bañadero de ganado, las dependencias para tareas de campo y el edificio principal de ladrillos asentados en barro revocados a la cal y la biblioteca folklórica con una “Colección del Martín Fierro” en diferentes idiomas, es una propuesta digna de admiración.
En General Madariaga el Museo Histórico del Tuyú preserva y difunde desde hace más de treinta años la historia de la región del Tuyú. Esta joya arquitectónica está emplazada en una antigua casona de principios de siglo XX rodeada por un amplio jardín que conserva el aljibe y las plantas frutales de la época de construcción del edificio. Durante el verano, el museo convoca a locales y visitantes que disfrutan ciclos de charlas y actividades musicales. En las salas se exponen elementos relacionados a los pueblos originarios que habitaron la zona, las primeras estancias, el gaucho, la llegada del ferrocarril y los primeros años del pueblo. Se destaca la sala dedicada a Argentino Luna, cantautor nacido y criado en Madariaga, la “réplica de una pulpería de la zona del Tuyú”, recreada maravillosamente a partir de registros históricos. Y como despidiendo al visitante al final del recorrido, la escultura en tamaño real del Negro Luna, tallada en madera por el recordado y talentoso escultor, Flaco Gervasio parece decir “¡gracias por venir!»
SuperCampo