Por Agroempresario.com
La defensa del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) se convirtió en el eje central de una encendida jornada en la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados. Bajo la consigna “bisturí, no motosierra”, legisladores, referentes del agro, técnicos y académicos alzaron su voz frente a la posibilidad de una reforma que, según advirtieron, pondría en riesgo la esencia y operatividad de una institución que consideran vital para el desarrollo federal del agro argentino.
El encuentro, encabezado por Atilio Benedetti, presidente de la comisión, estuvo marcado por discursos enfáticos en defensa del modelo de autarquía, el cogobierno y la presencia territorial del INTA, que desde hace más de 70 años se ha posicionado como un aliado estratégico para productores y comunidades rurales a lo largo y ancho del país.
La preocupación del agro ante la reforma del INTA
El malestar en el sector se encendió luego de los rumores de que el Gobierno, a través del Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado a cargo de Federico Sturzenegger, estaría evaluando una profunda reestructuración del organismo. El propio Sturzenegger fue blanco de críticas tras manifestar en público su desconocimiento sobre la labor del instituto.
A pesar de la invitación formal, las máximas autoridades del INTA, Nicolás Bronzovich (presidente) y María Beatriz "Pilu" Giraudo (vicepresidenta), se ausentaron por “cuestiones de agenda”. También estuvieron ausentes dos actores clave del agro: la Sociedad Rural Argentina (SRA) y la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea), quienes poseen representación dentro del Consejo Directivo del INTA.
“Quitarle la autarquía es quitarle el corazón al INTA”
Andrea Sarnari, presidenta de la Federación Agraria Argentina (FAA), fue una de las oradoras más enfáticas: “El INTA significa territorialidad y federalismo, más allá de la investigación. Tenemos silobolsas gracias al INTA, vacunas gracias al INTA, agricultura familiar gracias al INTA”. Subrayó que el instituto es mucho más que ciencia: es soberanía productiva.
Sarnari llamó a defender el instituto antes que discutir una reforma estructural, planteando que sin su autarquía y cogobierno, el INTA perdería su esencia: “Discutamos hacia dónde ir, pero primero cuidemos lo que tenemos”.
CRA: el INTA es soporte técnico y social
Javier Rotondo, vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), también fue categórico: “Hay que usar bisturí, no motosierra”. Sostuvo que el INTA es único en el mundo por su modelo de cogobierno y que representa, especialmente en las regiones más alejadas del centro agroindustrial, un soporte no solo técnico sino social.
En esa misma línea, Sergio Melgarejo, representante de CRA en el Consejo Directivo del INTA, expresó: “No se puede hacer una reforma desde afuera. Tiene que ser con los que formamos parte del sistema. Desde el desconocimiento no se puede cambiar una estructura compleja y efectiva”.
Coninagro: federalismo y ciencia aplicada en riesgo
Desde Coninagro, Patricia Luke defendió el rol de los centros regionales del INTA y su importancia en la producción local: “Hay semillas desarrolladas por el INTA que hoy usamos en el sur de Buenos Aires. Se necesita una reestructuración, sí, pero que respete la gobernanza, la autarquía y la territorialidad”.
Guillermo Bernardes, representante de las Facultades de Ciencias Veterinarias, advirtió sobre las consecuencias del decreto que se analiza: “El recorte presupuestario y la cesantía de personal impactan directamente en la capacidad operativa del INTA. Estamos perdiendo investigadores y técnicos valiosos”.
La presión constante: ciencia en retroceso
La preocupación por el futuro de la investigación agropecuaria no es nueva, pero se agudiza con el contexto actual. Según Bernardes, “las universidades nacionales también viven una presión parecida: ajuste, recorte, desfinanciamiento. Y sin ciencia no hay desarrollo”.
En el mismo sentido se expresó Ariel Pereda, director nacional del INTA: “Somos una herramienta clave para la competitividad del agro argentino. No solo generamos conocimientos, también desarrollamos vacunas, tecnologías, sistemas de monitoreo climático y herramientas que permiten sostener la producción frente al cambio climático y las crisis ambientales”.
¿Qué se pone en riesgo con la reforma?
Durante la sesión, varios oradores coincidieron en que una eventual reforma apresurada o diseñada sin conocimiento del entramado del INTA podría desmantelar una red de innovación que es modelo en la región.
Pereda recordó que el INTA fue pionero en siembra directa, desarrollo de mapas de suelos y monitoreo de recursos hídricos: “Es clave para sostener la sanidad animal y vegetal que permite exportar nuestros productos. Sin INTA, se desmorona buena parte del soporte técnico del sector”.
El mensaje final: modernizar sí, vaciar no
El mensaje que resonó en la Cámara de Diputados fue claro: el INTA puede ser modernizado, pero desde adentro y con participación de todos los actores que lo integran. El organismo, señalan, no solo es vital por su función científica, sino también por su rol en el entramado social y productivo de zonas donde el Estado apenas tiene presencia.
Atilio Benedetti, quien lideró el encuentro, resumió la jornada como “una muestra de madurez política y compromiso del sector agropecuario con una institución que merece ser fortalecida, no desmantelada”.
