Por Agroempresario.com
A 500 días del inicio del gobierno de Javier Milei, el debate sobre los resultados de su política económica se vuelve cada vez más relevante. En un panel organizado por la Fundación Libertad, cuatro reconocidos economistas –Fausto Spotorno, Miguel Boggiano, Federico Domínguez y Ramiro Castiñeira– ofrecieron un diagnóstico detallado sobre el plan libertario que impulsa el presidente y reflexionaron sobre los próximos pasos para garantizar su sostenibilidad.
Reunidos en la sede de la Universidad ESEADE, los especialistas abordaron temas clave como la inflación, el cepo cambiario, el riesgo país, el equilibrio fiscal y la posibilidad de una futura liberalización del mercado financiero. Coincidieron en que la política fiscal ha sido el mayor logro del gobierno, aunque aún persisten desafíos estructurales importantes, como la baja inversión, la fragilidad del crédito y el lento repunte del consumo interno.
El economista Federico Domínguez, de Pampa Capital, estructuró el plan económico de Milei en cuatro etapas. Aseguró que el Gobierno cumplió exitosamente con la primera: el equilibrio fiscal. Según su análisis, este logro sentó las bases para una estabilización monetaria que comienza a reflejarse en una significativa baja de la inflación, incluso con registros por debajo del 2%.
La Etapa 2, explicó, consiste en la estabilización de la base monetaria y en una progresiva caída del nivel general de precios. “Las condiciones están dadas para tener una inflación menor al 1% en los próximos meses”, afirmó Domínguez. La Etapa 3 implica la salida del cepo cambiario, pero solo tras alcanzar acuerdos sólidos con el FMI, contar con reservas suficientes y garantizar la eliminación de la emisión monetaria. Finalmente, la Etapa 4 buscará reducir el riesgo país, recuperar la confianza internacional y remonetizar la economía, tanto en pesos como en dólares.
Fausto Spotorno, director de la consultora Orlando J. Ferreres, se mostró cauto ante los logros obtenidos hasta ahora. “El programa está bien armado, pero opera en un contexto global muy complicado”, advirtió. Subrayó que la deuda externa de los países desarrollados está en máximos históricos y que los inversores internacionales priorizan la seguridad por sobre el rendimiento, lo que complica el flujo de inversiones hacia economías emergentes como la argentina.
Spotorno destacó que el equilibrio fiscal es fundamental para evitar crisis financieras, aunque señaló que el riesgo país sigue alto, en torno a los 600 puntos básicos, porque “los inversores aún no miran a la Argentina como un destino confiable”. También alertó sobre los vencimientos de deuda en pesos: “De acá a fin de año vencen 46 billones, de los cuales 26 corresponden a julio”.
Respecto al tipo de cambio, indicó que el dólar oficial debería mantenerse en una banda entre $1.100 y $1.500. “Cuando en los últimos 30 años el dólar se apreció demasiado, el modelo estalló”, recordó.
Desde una perspectiva más optimista, Miguel Boggiano, de Carta Financiera, minimizó el peso de las restricciones cambiarias actuales. “Para mí, el cepo ya no existe. ¿Quién está atrapado en pesos hoy?”, planteó, sugiriendo que las opciones para dolarizar el ahorro se han ampliado significativamente.
Boggiano también valoró la caída de la inflación: “El dato del 1,5% es espectacular. A los que se quejan de las reservas, Milei les podría decir que no les importan”. En su análisis, el Gobierno todavía enfrenta desafíos en materia de deuda externa, con vencimientos de entre 8.000 y 10.000 millones de dólares durante el mandato actual. Sin embargo, cree que Argentina está mejor posicionada gracias al potencial de sectores como la energía, la minería y la industria nuclear.
Además, destacó que el humor del mercado podría cambiar radicalmente si Milei logra una buena performance en las elecciones legislativas. “La experiencia dice que el repunte en confianza llega tres meses antes de la elección”, concluyó.
Ramiro Castiñeira, de la consultora Econométrica, ofreció una mirada de largo plazo. Según su análisis, la decadencia económica de Argentina comenzó cuando abandonó las ideas liberales que la habían convertido en una potencia agroexportadora a fines del siglo XIX. “Pasamos de ser un país que recibió 6 millones de inmigrantes a vivir de un gasto público sin respaldo”, sentenció.
Castiñeira estableció una línea de continuidad entre los intentos reformistas de Frondizi, Menem y Macri, aunque aclaró que todos fracasaron por no alcanzar el equilibrio fiscal antes de liberar la economía. “Milei es el primero que lo hace con las cuentas ordenadas”, afirmó. También subrayó que, por primera vez, los precios del dólar y de otros activos reflejan una relación genuina de oferta y demanda.
Para Castiñeira, esto marca una diferencia clave respecto a experimentos anteriores: “Las chances de que salga bien son altísimas”.
Los economistas coincidieron en que el verdadero desafío será político e institucional, sobre todo luego de las elecciones de octubre. En ese sentido, Domínguez mencionó dos reformas esenciales para consolidar el modelo: la reforma laboral y la implementación de un régimen de competencia fiscal entre provincias y Nación. Estas medidas, aseguró, serían clave para atraer inversiones y dinamizar el empleo formal.
Además, el resultado electoral será clave para definir si el plan libertario continúa o se ve obligado a reconfigurar. La posibilidad de un éxito legislativo podría abrir la puerta a una segunda etapa de reformas más profundas, que incluyen la modernización del Estado, la reducción de impuestos distorsivos y el impulso a las exportaciones de valor agregado.