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Por Agroempresario.com
En una apuesta por la economía circular, el desarrollo local y la sustentabilidad productiva, el municipio de Tornquist, junto a la Universidad Provincial del Sudoeste (UPSO), lanzó un proyecto pionero para industrializar la lana de descarte ovino de toda la región del Sudoeste Bonaerense. Esta iniciativa busca transformar un residuo sin valor actual en un insumo ecológico útil para la industria de la construcción, con alto potencial de réplica en otros puntos del país.
El programa, denominado “Economía circular a partir de la puesta en valor de la lana ovina y su industrialización en la región Sudoeste de la Provincia de Buenos Aires”, propone instalar un centro de procesamiento comunitario en la localidad de Tres Picos, donde se recolectarán, acondicionará y transformará la lana resultante de las esquilas anuales, utilizando tecnologías accesibles y de bajo impacto ambiental.
Según explicaron desde la secretaría de Ambiente y Desarrollo Productivo de Tornquist, el proyecto tiene como objetivos centrales diversificar la cadena de valor del sector ovino regional y brindar una solución sustentable a un problema crónico: la acumulación o descarte inadecuado de lana no apta para uso textil.
En efecto, en gran parte del Sudoeste bonaerense la producción ovina está orientada a la carne, lo que deja una gran cantidad de lana gruesa y rústica, sin valor para la industria tradicional. Este material, que debe ser eliminado de los animales para evitar problemas sanitarios, generalmente termina siendo quemado, enterrado o almacenado sin destino.
La novedad de esta iniciativa es que se buscará convertir ese residuo en paneles aislantes para la construcción, similares en función a la lana de vidrio, pero sin sus efectos nocivos. “Estamos frente a una solución ecológica, que no se degrada con el tiempo ni afecta la salud humana”, señalaron desde la UPSO.
En su fase inicial, el polo industrial funcionará en Tres Picos, promoviendo no solo la reutilización de la lana sino también la creación de un espacio de trabajo comunitario donde se compartan saberes, se desarrollen prototipos y se estimule la innovación productiva.
Además, se espera una fuerte participación del sector artesanal local, especialmente de mujeres que hoy ya trabajan con textiles en baja escala. “Estas trabajadoras podrán integrarse al proceso, potenciar sus capacidades y aportar experiencia, logrando una sinergia social y económica”, remarcaron desde el municipio.
Los beneficios son múltiples. Por un lado, se estima que solo en la provincia de Buenos Aires hay cerca de 3,8 millones de kilos de lana ovina de descarte por año. El 97% proviene de pequeñas unidades productivas, que suman unas 24 mil en todo el territorio bonaerense. Este volumen representa una enorme oportunidad de transformación si se implementa a escala.
Por otro lado, se evitaría la quema o el entierro de residuos que no solo son costosos y contaminantes, sino también un verdadero problema operativo para los productores, quienes deben deshacerse de la lana sin recibir ningún beneficio a cambio.
La clave está en la articulación local. El municipio de Tornquist garantizará la logística y el acondicionamiento inicial del material; la UPSO aportará conocimiento, desarrollo de producto y capacitación comunitaria; y se proyecta avanzar en convenios con distritos vecinos para sumar materia prima y expandir el modelo productivo.
También se apunta a la transferencia de tecnología y al desarrollo de herramientas accesibles que permitan el acondicionamiento en origen. Con eso, se facilita la recolección, reducirían costos y se abrirán nuevas oportunidades de empleo local.
“El verdadero valor de este proyecto está en su impacto triple: económico, social y ambiental”, sostienen desde la secretaría de Producción. “Damos respuesta a un problema productivo, generamos empleo, evitamos contaminación y promovemos la innovación territorial”.
El proyecto también alinea a Tornquist con las políticas provinciales y nacionales de transición ecológica, reutilización de residuos productivos y desarrollo sustentable con base local.
Si se concreta según lo planificado, el distrito se convertirá en un referente en materia de bioeconomía y valorización de residuos rurales, fortaleciendo su identidad como polo regional de innovación sustentable.
