Por Agroempresario.com
Mientras muchas provincias enfrentan desafíos para captar inversiones productivas, Santa Fe emerge como un verdadero imán de dólares verdes. La reciente confirmación del interés del gigante asiático Ningxia EPPEN Biotech, que proyecta una inversión de U$S400 millones en una planta de aminoácidos a base de maíz, es el reflejo más claro de una provincia que combina ventajas naturales, capacidad instalada y políticas activas de desarrollo.
Este ambicioso proyecto ubicaría a Santa Fe como epicentro de una nueva etapa para la cadena de valor del maíz en la Argentina, impulsando la industrialización del agro y dejando atrás el modelo primario de exportación de granos sin procesar.
El grupo EPPEN Biotech, referente mundial en biotecnología aplicada a la alimentación y nutrición animal, eligió Santa Fe tras evaluar factores logísticos, técnicos y humanos. La provincia no solo ofrece acceso inmediato a materia prima, gracias a una de las zonas agrícolas más productivas del país, sino también una infraestructura logística que permite procesar localmente y exportar con eficiencia.
Además, cuenta con un ecosistema agroindustrial maduro, una red de servicios especializados, y lo más importante: un capital humano capacitado, con décadas de experiencia en el sector. El Gobierno provincial, por su parte, desplegó una estrategia activa para acompañar el proceso, generando condiciones favorables para los inversores.
La concreción del proyecto no solo implica puestos de trabajo directos e indirectos, sino también un salto cualitativo en la matriz productiva santafesina. La transformación del maíz en aminoácidos no es solo un proceso industrial, es una puerta de entrada a una nueva economía del conocimiento en el agro: más compleja, más rentable y con alto potencial exportador.
Las cadenas de suministro local se verán dinamizadas, desde el transporte hasta proveedores de insumos, logística y servicios auxiliares. En paralelo, el desarrollo tecnológico asociado a la bioindustria abre oportunidades para startups, universidades e institutos de investigación que deseen participar del proceso de innovación.
Este avance confirma una tendencia regional: el maíz se perfila como el motor de las nuevas inversiones internacionales. Si en décadas pasadas la soja fue el cultivo estrella, hoy el maíz atrae capitales globales por su rentabilidad, previsibilidad y su versatilidad para transformaciones industriales con alto valor agregado.
En este contexto, analistas del sector consideran clave la continuidad de estímulos fiscales como la reducción de retenciones, cuyo vencimiento podría influir en las decisiones de grandes jugadores.
Además de EPPEN, otros grupos chinos y asiáticos exploran instalar plantas en Argentina, en especial donde haya condiciones productivas y logísticas similares. En este terreno, Santa Fe juega con ventaja.
Representantes de Ningxia EPPEN Biotech ya mantuvieron reuniones con autoridades del Ministerio de Desarrollo Productivo de Santa Fe en Rosario, además de visitar Agroactiva para conocer de cerca la dinámica industrial local. Uno de los focos de interés es la Zona Franca Santafesina, que podría ofrecer beneficios impositivos y aduaneros clave para el desarrollo de la planta.
La predisposición del gobierno santafesino fue destacada por los emisarios chinos, quienes valoraron la asistencia técnica y la apertura institucional. En contraposición con otros grupos que aún debaten entre opciones en Argentina y Brasil, EPPEN Biotech parece tener una decisión firme de instalarse en territorio santafesino.
El resultado podría ser un antes y un después para la provincia: más empleo, más valor agregado y una proyección global basada en biotecnología, agroindustria y conocimiento. Santa Fe se consolida así como el destino elegido por los capitales que ven en el agro argentino mucho más que granos: ven industria, futuro y rentabilidad sustentable.