Por Agroempresario.com
El Parque Nacional Nahuel Huapi impulsa una iniciativa clave de restauración ambiental en la zona del Lago Gutiérrez, como parte del Plan de ordenamiento del uso público en la seccional Gutiérrez. Esta acción se lleva a cabo con el objetivo de preservar la biodiversidad local mediante la reforestación con especies nativas y la eliminación de plantas exóticas invasoras.
La actividad es el resultado de un trabajo articulado entre el Parque Nacional Nahuel Huapi, la asociación civil Hecho en los Coihues, la escuela Nehuen Peuman y la organización ambiental Circuito Verde. En una jornada previa al invierno, los voluntarios plantaron 16 coihues, 10 pañiles, 2 cipreses, 5 michay, 2 lauras, 10 maquis y 4 arrayanes. Las especies nativas provienen de los viveros de Isla Victoria y Usina de Nativas, dos centros de producción de plantas autóctonas esenciales para estas tareas de restauración.
Además de la plantación, el equipo realizó la extracción de especies exóticas como retama, rosa mosqueta y otros árboles invasores. Estas especies, al no ser propias del ecosistema patagónico, compiten con la flora nativa y alteran el equilibrio ecológico. Su remoción, junto con el apeo controlado de árboles y el despeje de áreas públicas, mejora tanto la seguridad como la conservación del entorno.
Las intervenciones incluyen también mejoras en infraestructura: se han delimitado espacios de estacionamiento con tacones de madera, instalado cartelería informativa, mejorado los baños públicos y sumado un módulo almacén. Estos cambios buscan ordenar el uso del espacio sin alterar la esencia natural del parque, cada vez más concurrido por turistas y residentes.
“Estas acciones no solo restauran el bosque, sino que reafirman nuestro compromiso con la conservación”, señalaron desde el Parque Nacional Nahuel Huapi. Así, el área del Lago Gutiérrez se consolida como un ejemplo de gestión sostenible y educación ambiental activa.
El esfuerzo conjunto entre instituciones públicas, organizaciones civiles y la comunidad local marca el camino hacia una Patagonia más resiliente, donde la flora autóctona vuelve a ocupar su lugar original, promoviendo un ecosistema sano y equilibrado.