Por Agroempresario.com
Paraguay y Argentina están cerca de alcanzar un acuerdo que permitiría extender por un año más las operaciones de carga fluvial en el kilómetro 171 del río Paraná Guazú, un punto estratégico en la hidrovía Paraguay-Paraná fundamental para el comercio regional y el abastecimiento de combustibles líquidos. Así lo anunció la Cancillería paraguaya, al confirmar un "pedido y principio de acuerdo" entre ambos países.
La zona en cuestión se ubica en el brazo más caudaloso del delta del Paraná, y allí se realizan maniobras de alijo, que permiten transferir combustible entre buques sin necesidad de infraestructura portuaria fija. Esta metodología es clave para optimizar costos, reducir tiempos de espera y asegurar flexibilidad logística para la región.
El anuncio surge luego de que autoridades argentinas comunicaron su decisión de suspender estas operaciones a partir del 26 de julio, lo cual desató una fuerte reacción del empresariado paraguayo y encendió las alarmas en el sector logístico regional.
El kilómetro 171 del Paraná Guazú se consolidó como un punto de apoyo vital para las embarcaciones paraguayas, que transportan combustibles y otros productos estratégicos. Su posible cierre operativo habría generado una relocalización forzada de las maniobras de alijo, con consecuencias negativas para los costos y la eficiencia del comercio.
Las cámaras empresarias de Paraguay advirtieron que dicha suspensión implicaría mayores costos operativos, menor previsibilidad y posibles demoras en el abastecimiento energético, especialmente durante los meses de mayor demanda estacional.
En este contexto, la Cancillería paraguaya, liderada por Rubén Ramírez, informó que se realizaron gestiones diplomáticas urgentes con su contraparte argentina. Como resultado, ambas naciones habrían alcanzado un entendimiento preliminar que garantiza la continuidad operativa del punto por un plazo de doce meses, bajo las condiciones actuales.
Asimismo, se acordó conformar una mesa de trabajo bilateral que incluya a representantes de los sectores públicos y privados de ambos países, con el objetivo de monitorear la evolución de las operaciones, identificar mejoras posibles y consensuar soluciones de largo plazo.
Este nuevo entendimiento amplía el plazo originalmente acordado, que era de diez meses, y representa un avance en términos de previsibilidad para los operadores logísticos y las compañías distribuidoras de combustibles.
De las reuniones participaron organismos como la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (Dnit), el Ministerio de Industria y Comercio (MIC), la Prefectura General Naval, la Administración Nacional de Navegación y Puertos (ANNP), y la Dirección General de Marina Mercante.
Por el lado privado, se hicieron presentes representantes del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos del Paraguay (CAFyM), la Unión Industrial Paraguaya (UIP) y la Cámara de Distribuidoras Paraguayas de Combustibles, entre otros actores vinculados a la logística, el transporte y la energía.
Desde estos sectores se destacó la necesidad de garantizar la estabilidad normativa para permitir una planificación operativa eficaz, evitar cuellos de botella logísticos y asegurar el flujo constante de combustibles.
La hidrovía Paraguay-Paraná es una de las arterias de comercio más importantes del Cono Sur. Su correcta operación es clave no sólo para Paraguay, país sin litoral marítimo, sino también para el norte argentino, parte de Brasil y regiones del Uruguay y Bolivia.
El mantenimiento de puntos operativos como el kilómetro 171 permite evitar que las embarcaciones deban recorrer mayores distancias, lo cual aumentaría el consumo de combustible, encarecería los fletes y pondría en riesgo la competitividad de productos exportables.
En este sentido, el principio de acuerdo alcanzado se interpreta como un gesto de cooperación bilateral estratégica, que refleja la importancia de cuidar los intereses logísticos compartidos entre los países miembros de la hidrovía.
A pesar del alivio que representa esta extensión, desde el sector empresario remarcan que es necesario trabajar en una solución estructural que evite incertidumbres recurrentes. “Cada cambio normativo o suspensión genera un impacto inmediato en los costos y en la previsibilidad de las operaciones”, afirmaron desde el sector privado.
Por eso, el objetivo de la mesa de trabajo será no sólo monitorear lo que ocurra durante estos doce meses, sino también promover reglas claras, inversiones conjuntas y una institucionalidad regional que blinde a la hidrovía frente a decisiones unilaterales.
La continuidad de este corredor fluvial, especialmente en un nodo como el Paraná Guazú, es vital para sostener el ritmo del comercio de hidrocarburos, fertilizantes, granos y otros insumos estratégicos. El acuerdo representa una oportunidad para afianzar la integración regional y dar un paso más hacia una logística fluvial eficiente, sustentable y estable.