Por Agroempresario.com
En cada invierno, miles de turistas mendocinos buscan escapar del bullicio urbano para reencontrarse con la naturaleza. A solo tres horas y media en auto desde la ciudad de Mendoza, El Trapiche, un pintoresco pueblo ubicado en la provincia de San Luis, se consolida como uno de los destinos más atractivos para vacacionar rodeado de sierras, lagos, ríos y hospitalidad serrana.
Este encantador paraje, situado a solo 39 kilómetros de la capital puntana, sorprende por su entorno natural, la tranquilidad de sus calles y su accesibilidad económica. Ideal para escapadas de fin de semana o vacaciones de invierno, El Trapiche ofrece una experiencia que mezcla historia, aventura, descanso y turismo ecológico, todo en un mismo destino.
Asentado a 1.050 metros sobre el nivel del mar, El Trapiche está rodeado de montañas como el cerro Trapiche, el Virorco y las Sierras Grandes, que superan los 2.100 metros de altura. El pueblo es atravesado por el río Trapiche y el río Grande, cuyas aguas alimentan el embalse La Florida, uno de los espejos de agua más bellos y visitados de San Luis. Este embalse, con una extensión de hasta 6 kilómetros, es ideal para deportes náuticos, pesca, kayak y fotografía de paisajes.
Durante el invierno, sus paisajes se tiñen de tonos verdes oscuros y grises suaves, invitando al relax y al contacto con la naturaleza. Sus senderos, colinas y praderas permiten realizar trekking, caminatas guiadas, cabalgatas, o simplemente descansar junto al murmullo del agua cristalina.
El nombre del pueblo proviene de un antiguo molino o "trapiche" que procesaba oro extraído en la cercana mina La Carolina, uno de los puntos históricos más relevantes de la provincia. Esa herencia colonial aún se refleja en la arquitectura y en el trazado de sus calles bordeadas por casas tradicionales, árboles frondosos y flores autóctonas.
Entre los sitios emblemáticos, destaca la Capilla Nuestra Señora del Rosario, cuya construcción comenzó en 1937. Su interior sobrio y su entorno sereno la convierten en un lugar de recogimiento y valor espiritual para locales y visitantes.
Más allá de la contemplación, El Trapiche es también un centro de actividades para los amantes del ecoturismo y la aventura. Existen múltiples rutas para recorrer en bicicleta o en moto, siendo las Ruta Provincial N.º 9 y N.º 39 dos de las más transitadas por su belleza escénica. Desde allí, se puede visitar el área de camping junto al embalse, cruzar hasta el pueblo de La Florida, famoso por su tranquilidad, y continuar hasta Riocito, donde la piedra laja forma parte del paisaje y la cultura local.
Otro recorrido imperdible lleva al visitante por la costanera del Río Grande, pasando por los Siete Cajones, un conjunto de formaciones naturales que combina agua, roca y vegetación, ideales para quienes buscan fotografías únicas y paseos familiares.
Uno de los grandes atractivos de El Trapiche es su relación costo-beneficio. Una escapada de tres noches y cuatro días puede costar en promedio 160.000 pesos argentinos, lo que representa una opción mucho más accesible comparada con destinos mendocinos como Potrerillos, donde el mismo período puede rondar los 300.000 pesos. Aunque el gasto en combustible debe considerarse, sigue siendo una alternativa ideal para quienes buscan disfrutar sin gastar de más.
La oferta de hospedajes incluye cabañas, hosterías familiares y complejos turísticos que priorizan la calidez y el trato personalizado. A eso se suma la hospitalidad característica de los habitantes del pueblo, que hacen de cada estadía una experiencia cercana y auténtica.
Aunque en invierno se presenta como una escapada perfecta, El Trapiche es un destino turístico durante todo el año. En verano, las temperaturas suaves y la abundancia de agua lo convierten en una alternativa fresca para quienes huyen del calor. En otoño, los colores rojizos de las sierras ofrecen un espectáculo visual incomparable, y en primavera, el despertar de la flora local pinta los caminos con una explosión de vida.
Así, este pequeño gran pueblo de San Luis se posiciona como una joya del turismo nacional, ideal para quienes buscan desconectarse del ritmo frenético de la ciudad y reconectar con la naturaleza, la historia y la simpleza de lo auténtico.