En el marco del ciclo audiovisual “De Villanos a Héroes”, conducido por Carlos Becco, recibimos a Mariano Tamburrino, CEO de YielData, una startup agtech argentina que está revolucionando el uso de datos en el agro. Durante la entrevista, Tamburrino compartió su visión sobre cómo la inteligencia artificial, la analítica avanzada y la ciencia de datos pueden transformar la toma de decisiones en los sistemas productivos, aportando eficiencia, sustentabilidad y competitividad al sector.
Mariano Tamburrino es ingeniero agrónomo y CEO de YielData, una startup que nace de la obsesión por comprender los cultivos y predecir su comportamiento. En diálogo con Carlos Becco, Mariano comparte su recorrido, su visión sobre el agro argentino y el potencial transformador de la inteligencia artificial en la producción agrícola.
“Cuando mis compañeros querían salir al campo, yo quería quedarme frente a la computadora mirando imágenes satelitales”, recuerda Tamburrino. Su historia comienza con un dilema: ejercer como ingeniero agrónomo tradicional o seguir una pasión poco convencional en ese momento, la observación satelital y la modelización de cultivos.
Corría el año 2005, y conseguir una imagen satelital implicaba visitar oficinas físicas de la CONAE. Hoy, esa misma información está a un clic. “Pasamos de la libretita de campo a la digitalización de la producción”, resume.
YielData ha desarrollado un motor de predicción de rendimiento agrícola que permite estimar la producción de alimentos con base en el clima, el suelo y las condiciones actuales del cultivo. “Simulamos día a día cómo se comporta un cultivo. Integramos clima, suelo y fisiología para anticipar escenarios”, explica.
Esta herramienta no solo mira hacia adelante. También permite analizar campañas pasadas y proyectar diferentes escenarios futuros: año Niño, año Niña, promedio. “Eso le da al productor previsibilidad en un entorno tan incierto como el agro”, destaca.
Uno de los grandes desafíos que aborda YielData es la brecha de rendimiento: se estima que en Argentina se produce un 40% menos de lo que se podría, utilizando la misma cantidad de recursos. “Es ineficiencia productiva y también impacto ambiental innecesario”, afirma.
A través de la valoración del potencial productivo por zona y cultivo, la empresa ayuda a los productores y asesores a diseñar estrategias para cerrar ese gap. “No acompañamos al productor con las decisiones, pero sí le damos las herramientas para tomar las mejores”, detalla.
La propuesta de YielData excede al productor: bancos, exportadores y aseguradoras también demandan este tipo de información. “Cuando el dato aparece, se empieza a generar una conversación distinta”, sostiene Tamburrino.
Los perfiles productivos permiten personalizar líneas de crédito, coberturas de riesgo o paquetes tecnológicos, con base en información objetiva. “Pasamos de sensaciones a métricas reales. Eso cambia todo”, señala.
Desde su creación, YielData se planteó como una de las primeras startups en aplicar inteligencia artificial a la producción agrícola. “Usábamos algoritmos para definir recetas georreferenciadas que luego eran ejecutadas por maquinaria robotizada. Hoy eso es común, pero hace 15 años era ciencia ficción”, recuerda Mariano.
Ese camino de emprendimiento tecnológico se basó en tres pilares: pasión, talento y oportunidad. “Cuando esas tres cosas se cruzan, sabés que tenés que avanzar. Y hoy hay recursos para hacerlo como nunca antes”, reflexiona.
Para Tamburrino, estamos ingresando en una nueva era. “Vamos a poder mapear cualquier punto de Argentina y saber todo: rotación de cultivos, rendimiento histórico, balance de carbono, estrés actual, microclimas. Todo en tiempo real”, anticipa.
La combinación de inteligencia artificial generativa, datos interconectados y sensores remotos abre la puerta a un agro más eficiente, sustentable y resiliente.
Aunque al principio hubo resistencia, hoy muchos profesionales comprenden que la inteligencia artificial no reemplaza al asesor, sino que lo potencia. “Estas herramientas nos permiten dedicar más tiempo a pensar estrategias y menos a tareas operativas”, afirma.
Mariano destaca cómo su generación fue pionera en integrar tecnología al asesoramiento. “Tuvimos que explicar todo desde cero. Hoy esas herramientas ya tienen nombre: mentor, startup, inversión semilla. Antes no existía esa estructura”, comenta.
El recorrido de Tamburrino se conecta con los grupos CREA del Oeste, donde la protocolización y las reglas de decisión georreferenciadas marcaron un antes y un después. “El CREA Henderson Daireaux, con Santiago González a la cabeza, fue pionero en la materia. Muchos productores buscaban estandarizar procesos para escalar”, recuerda.
Hoy, la tercera ola tecnológica —la inteligencia artificial aplicada al agro— permite interpretar datos complejos en segundos y tomar decisiones con mayor precisión.
Más allá del negocio, YielData contribuye a objetivos más amplios: seguridad alimentaria, sostenibilidad, eficiencia del uso de recursos. “Nuestros datos permiten anticipar problemas, mejorar la producción y generar políticas públicas más acertadas”, explica Mariano.
Desde un lote en Santa Fe hasta las estrategias de un país, la información predice, transforma y genera valor a múltiples escalas