Por Agroempresario.com
En un contexto de transformaciones políticas y económicas, Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), valoró positivamente la reciente baja de retenciones dispuesta por el Gobierno nacional, aunque fue contundente al señalar que la competitividad del agro argentino no se define únicamente por la cuestión impositiva. “La verdad es que tomaron una medida acertada”, expresó el dirigente, pero también remarcó que el sector necesita infraestructura, financiamiento y un marco de confianza para producir.
Desde el estudio de Infobae en Vivo, el titular de la SRA abordó los desafíos que enfrenta el campo en la actualidad, en medio del anuncio presidencial sobre la reducción de derechos de exportación. Sus declaraciones dejaron en claro que el campo celebra los avances, pero mantiene los reclamos históricos pendientes de respuesta.
La baja de retenciones fue recibida con entusiasmo por los productores, especialmente por su impacto directo en la superficie sembrada. Según explicó Pino, informes de entidades como CREA estimaban que con el esquema anterior, un 11% del área de soja no se iba a sembrar, algo que podría revertirse con la medida adoptada. “Esto impacta bien, te da ánimo para decir bueno, vamos de vuelta”, remarcó.
No obstante, aclaró que la reducción impositiva no es determinante por sí sola. “Permite replantear los números, pero hay muchas variables más que inciden en la decisión de inversión de un productor.”
Uno de los principales obstáculos que Pino identificó es el acceso al crédito productivo. Aunque existen líneas vigentes, las tasas ofrecidas son inaccesibles. “Te dicen 32%, 38%, pero no son créditos productivos. Y en dólares, la gente le tiene miedo, porque nos fue muy mal”, explicó.
La necesidad de generar condiciones de previsibilidad y confianza para fomentar la inversión en el agro es un reclamo recurrente. “El productor argentino sabe cómo producir. Lo que necesita es estabilidad, reglas claras y acceso al financiamiento para poder proyectar.”
“La infraestructura está toda rota”, denunció el titular de la SRA. Uno de los ejemplos que citó fue la situación de la Ruta 14, donde remarcó que, pese a las gestiones con constructoras, el sistema de licitaciones y peajes no alcanza para garantizar obras sostenidas.
Sin embargo, valoró avances puntuales, como la doble vía de la Ruta 3 entre Monte y Las Flores, aunque insistió: “Esto no se arregla de un año a otro.”
Aunque el campo celebró la baja de retenciones para granos, la carne bovina y aviar no fue beneficiada en la misma medida, algo que generó decepción en algunos sectores. Pino explicó que incluso una diferencia impositiva del 5% puede ser decisiva en un negocio de márgenes acotados. “Ese 5% te puede dejar fuera del juego.”
En cuanto al consumo interno, señaló un leve aumento: de 48 a 49-50 kilos per cápita, aunque lejos de los históricos 90. La diversificación de la dieta hacia otras proteínas como el pollo y el cerdo también ha cambiado el panorama: “Somos el país número tres en consumo de proteínas del mundo.”
La ganadería, afirmó Pino, tiene una dinámica diferente a la agricultura. “La inversión es más rápida, pero el negocio es más lento. Requiere planificación y mucha estabilidad.” Relató que en los últimos años, muchos campos migraron hacia la agricultura, empujados por los buenos precios de la soja. “Cuando valía 600 dólares, todos querían sembrar soja. Hoy vale 350, y si no hay crédito accesible, eso también cambia.”
El presidente de la SRA se mostró conforme con el nivel de diálogo con el Gobierno de Javier Milei. “Es directo y fluido”, señaló, aunque reconoció que “muchas de las transformaciones necesarias no se resolverán de un día para otro.”
Reveló que se enteró del anuncio sobre retenciones minutos antes del acto en La Rural, cuando Milei le anticipó que lo incluiría en su discurso. “La sorpresa fue bárbara”, recordó.
Sobre la presencia institucional, confirmó la invitación a Victoria Villarruel, aunque lamentó que no asistiera: “Nos enteramos de que no venía cuando no vino. No nos avisaron.”
Consultado por el futuro del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Pino fue claro: “Debe seguir, pero no puede seguir como está.” Propuso una transformación profunda en su estructura, gobernanza y eficiencia, al considerar que con 6.500 empleados y 3.000 autos “hay mucho por revisar”. Afirmó que la SRA integra el directorio del INTA y que están dispuestos a impulsar un modelo más ágil.
Otro tema central fue el marco laboral rural, donde Pino reclamó una reforma que permita reducir la industria del juicio y dar previsibilidad al empleador. La SRA trabaja actualmente en un proyecto de fondo de cese laboral, distinto al del sector de la construcción, para ofrecer seguridad al trabajador sin castigar al productor.
“El campo genera cerca de 4 millones de empleos directos e indirectos. Si el campo trabaja, se mueve todo el interior”, argumentó.
Pino insistió en que los productores están dispuestos a pagar impuestos, pero que deben ser justos. “El impuesto a las ganancias es más lógico que los derechos de exportación, que son distorsivos y no coparticipables.” Detalló que el impacto actual de las retenciones en el PBI es de apenas el 0,6%, por lo que su eliminación sería posible sin comprometer la recaudación.
La perspectiva del sector es de optimismo moderado. “El campo no está feliz, pero hay señales positivas. Las condiciones todavía son complejas. Hay productores que vienen de campañas malísimas y balances financieros espectaculares. Ahora hay que ser más eficientes”, puntualizó.
Con respecto a la posibilidad de una eliminación total de las retenciones, Pino se mostró esperanzado pero cauto: “Hay que ir paso a paso. Lo importante es que se haya empezado.”
Sobre su relación con Javier Milei, Pino recordó que lo conoce desde antes de su elección. “Fue la primera persona del mundo político con la que me reuní como presidente de la Rural”, dijo. Valoró su estilo de contacto directo con la gente y su disposición al diálogo.
También recordó que con Sergio Massa lograron avances, aunque bajo otras formas. “Cada gobierno tiene su manera de hacer las cosas. Lo importante es que haya diálogo y voluntad de trabajar en conjunto.”
El mensaje de Nicolás Pino es claro: la baja de retenciones fue una buena señal, pero no alcanza. Para que el campo despliegue todo su potencial, necesita una infraestructura robusta, crédito accesible, reformas laborales modernas y un sistema impositivo justo. El Gobierno ha dado un primer paso, pero el camino hacia una verdadera transformación del agro argentino sigue pendiente.