Por Agroempresario.com
En un contexto de reactivación económica, el gobierno nacional se muestra optimista sobre los efectos que la reciente reducción de las retenciones (Derechos de Exportación, DEX) a productos agropecuarios tendrá sobre el sector agrícola. El titular de la Agencia de Recaudación (ARCA), Juan Pazo, y el Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Sergio Iraeta, coincidieron en que esta medida impulsará la inversión y provocará un aumento en el área sembrada para la próxima campaña agrícola.
En una entrevista con Canal 10 de la Universidad Nacional de Córdoba, Juan Pazo afirmó que la baja de retenciones constituye una “excelente oportunidad” para incrementar la superficie sembrada. “La reducción de retenciones de manera permanente puede generar una mayor inversión sobre las hectáreas productivas, lo que nos llevará a un aumento de las mismas”, explicó el titular de ARCA. La previsión es que, con esta medida, los productores se verán incentivados a incrementar la producción agrícola, lo cual podría beneficiar tanto a las economías regionales como a las finanzas del país.
Pazo recordó que ya existen ejemplos positivos de los efectos que una baja impositiva puede tener sobre la expansión de la superficie sembrada. En 2024, la extensión de la baja de retenciones en trigo y cebada ya había mostrado resultados alentadores. Según el funcionario, se registró un aumento de entre el 6 y el 10% en la superficie destinada a los cultivos de grano fino. Además, las medidas similares implementadas el año pasado, que incluyeron la liberación de aranceles a fertilizantes, también fueron claves para que la superficie sembrada aumentará en un 14%.
Estas cifras reflejan que la reducción de impuestos y los incentivos a la inversión no solo benefician a los productores en términos de rentabilidad, sino que también contribuyen a la reactivación de la economía agrícola, con efectos positivos para la cadena de valor agroindustrial.
Uno de los puntos clave del debate fue la preocupación sobre cómo esta medida podría afectar las finanzas públicas. No obstante, tanto Pazo como Iraeta insistieron en que la reducción de retenciones no comprometería el equilibrio fiscal del Gobierno. El titular de ARCA subrayó que la medida se toma “dentro de una estrategia de recuperación económica”, que busca consolidar el superávit fiscal sin afectar los compromisos fiscales. “A medida que se consolide el superávit fiscal, se devolverá a los productores ese superávit a través de la baja de impuestos”, aseguró.
En cuanto a la recuperación de impuestos, Pazo destacó que la mayor actividad económica generada por el aumento de la inversión en el campo contribuirá a compensar la recaudación fiscal perdida. “Todo lo que se invierte en el campo vuelve en forma de actividad económica y genera más impuestos a través de la reactivación de las economías locales”, explicó.
Ambos funcionarios también respondieron a las críticas que surgieron tras el anuncio de la baja de retenciones. Uno de los puntos de disputa fue que la medida prioriza al sector agropecuario por encima de otros sectores, como los jubilados. Además, el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, celebró la medida, pero solicitó la eliminación total de las retenciones, un reclamo compartido por gran parte del sector agropecuario.
Ante esto, Juan Pazo aclaró que, aunque comparten la preocupación del gobernador de Córdoba, hasta ahora el mayor esfuerzo en cuanto a ajustes lo ha realizado el Gobierno Nacional, que ha logrado reducir más del 35% del gasto público. Sin embargo, destacó que muchas de las medidas anunciadas en el Congreso, como los aumentos a las jubilaciones, implican un gasto adicional que podría generar más emisión monetaria o endeudamiento, lo que podría afectar la estabilidad económica.
Por su parte, Sergio Iraeta defendió la medida, insistiendo en que la clave para el ordenamiento económico del país radica en producir más. “La producción es la base para que los argentinos podamos ordenarlos económicamente”, dijo. Según Iraeta, los recursos que queden en manos de los productores permitirán reinvertir en el interior del país, lo que se traducirá en empleo y trabajo en las comunidades rurales. “El alambrador, el molinero, el que repara el tractor o el que cambia las cubiertas de la cosechadora, todos esos trabajadores se benefician de la mayor inversión en el campo”, sostuvo.
En cuanto al enfoque del Gobierno, tanto Pazo como Iraeta coincidieron en que la baja de retenciones forma parte de una política económica orientada a generar confianza en los productores. La estabilidad en las políticas impositivas y la posibilidad de contar con una reducción permanente en los derechos de exportación se consideran factores cruciales para dar previsibilidad a los productores y fortalecer la producción nacional.
Por último, Iraeta destacó que la medida representa una política de largo plazo para el país, con un impacto positivo en la sostenibilidad de la agricultura y en la inclusión social de las comunidades rurales. La reactivación del campo, a su juicio, contribuirá no solo al crecimiento económico, sino también a la creación de empleo calificado en las regiones productivas.