Por Agroempresario.com
El pintoresco pueblo de Empedrado, conocido como “La Perla del Paraná”, se destaca por sus impresionantes barrancas coloridas y su rica historia cultural. Ubicado a solo 55 kilómetros al sur de Corrientes capital, este destino combina paisajes naturales, patrimonio arquitectónico y tradiciones vivas, ofreciendo una experiencia turística única para visitantes de todas las edades.
Empedrado debe su nombre a las antiguas canteras de granito que caracterizaban la zona. Sus barrancas, formaciones naturales moldeadas por la erosión fluvial, eólica y pluvial, se elevan sobre el río Paraná, brindando panoramas que cambian con la luz del día y que han convertido al pueblo en un destino de interés tanto para turistas como para fotógrafos profesionales.
La historia de Empedrado está marcada por resiliencia y fe. Según documentos históricos de Manuel Florencio Mantilla, el poblado comenzó como una pequeña ranchería en torno a una capilla dedicada al Señor Hallado, actual patrono del pueblo. Tras ser destruida por ataques de pueblos mocovíes y tobas, la comunidad resurgió en 1806. En 1826, el gobierno adquirió tierras para reorganizar la traza urbana, que incluía una plaza central y calles a su alrededor. Al año siguiente, en noviembre de 1827, se inauguró la primera escuela, consolidando la formación de un núcleo urbano estable.
El legado arquitectónico de Empedrado incluye antiguas casas y mansiones de estilo Belle Époque, construidas entre finales del siglo XIX y principios del XX, que reflejan la riqueza histórica del pueblo y su conexión con la evolución cultural de la región.
Las barrancas de Empedrado son el principal atractivo natural del pueblo. Estos balcones naturales sobre el río Paraná ofrecen vistas únicas y permiten recorrer senderos a pie, en bicicleta o a caballo. La paleta de colores y texturas cambia según la hora del día y las estaciones, generando un escenario ideal para el turismo ecológico y la fotografía.
Durante el año, las barrancas también se convierten en escenario de actividades deportivas como trail running, ciclismo y el Desafío Columbia Race, competencia que reúne atletas del país y de la región del Mercosur.
Más allá de sus paisajes, Empedrado es un destino ideal para quienes disfrutan de los deportes acuáticos. Las playas y balnearios del Paraná permiten la práctica de kayak, windsurf y pesca deportiva. Entre las especies más buscadas por los pescadores se encuentran el dorado, surubí, pacú, manguruyú, boga y pez amarillo. Al atardecer, la costanera se transforma en un lugar perfecto para contemplar el ocaso o disfrutar de una fogata frente al río, en un ambiente que combina tranquilidad y belleza natural.
La vida cultural de Empedrado es rica y diversa. Cada 6 de enero, la comunidad celebra a San Baltazar, el santo negro patrón de los afroargentinos, con misas, procesiones y danzas tradicionales como el candombe y la zemba o charanda. Esta festividad no solo fortalece la identidad cultural del pueblo, sino que también atrae a visitantes interesados en experiencias auténticas y expresiones culturales vivas.
Además, la gastronomía local y las festividades tradicionales reflejan la historia y la diversidad cultural de Corrientes, ofreciendo a los turistas la posibilidad de sumergirse en la vida cotidiana del pueblo y de disfrutar de sabores únicos y recetas heredadas de generaciones anteriores.
Empedrado se presenta como un destino que conjuga paisajes naturales imponentes con patrimonio histórico y riqueza cultural. Su cercanía a Corrientes capital, sus playas, balnearios, senderos y barrancas hacen del pueblo un lugar ideal para escapadas de fin de semana o estadías prolongadas.
La combinación de belleza natural, tradiciones culturales y calidez de su gente convierte a Empedrado en un destino que sorprende a cada visitante, consolidándose como uno de los rincones más atractivos y menos conocidos del litoral argentino.