Por Agroempresario.com
Estados Unidos reafirma su línea dura en política comercial al rechazar exenciones arancelarias para el acero y el aluminio provenientes de la Unión Europea. La decisión, anunciada por Peter Navarro, consejero comercial del presidente Donald Trump, marca un endurecimiento en la gestión de importaciones estratégicas y reafirma el objetivo de proteger la industria nacional frente a posibles abusos de aliados extranjeros.
La medida responde a experiencias previas durante el primer mandato de Trump, cuando algunos países aprovecharon beneficios arancelarios de manera completa. Navarro explicó que:
“Cada vez que intentamos otorgar una exclusión a uno de nuestros aliados, la aprovecharon por completo. En este nuevo mandato no habrá exenciones ni exclusiones para los aranceles al acero y al aluminio”.
Actualmente, Estados Unidos aplica gravámenes del 50% a las importaciones de estos metales, aunque para Reino Unido se redujo la tasa a la mitad, ofreciendo así una ventaja comparativa frente al resto del bloque europeo. Esta diferenciación evidencia una estrategia selectiva, en la que Washington prioriza relaciones comerciales estratégicas según intereses económicos y geopolíticos.
Peter Navarro señaló que la decisión forma parte de una política más amplia de defensa de los intereses estadounidenses y de fiscalización estricta de los acuerdos internacionales. Según el consejero, la política arancelaria estadounidense tiene también un componente de seguridad global, como se evidencia en el caso de India, cuyos envíos enfrentan un arancel recíproco del 25% más un 25% adicional debido a la compra de crudo ruso, lo que, según Navarro, contribuye indirectamente a financiar el conflicto en Ucrania.
Navarro explicó que los ingresos obtenidos por India y otros países mediante comercio con EE. UU. podrían ser utilizados para adquirir petróleo ruso, lo que a su juicio amplifica riesgos geopolíticos:
“Luego los rusos usan ese dinero para construir más armas y matar ucranianos, y los contribuyentes estadounidenses deben proveer ayuda militar adicional”, afirmó Navarro.
En relación con Europa, Navarro destacó que no se otorgarán exenciones a productos como acero y aluminio, pero evitó pronunciarse sobre otros bienes estratégicos, como vinos y bebidas espirituosas, dejando abierta la posibilidad de futuras negociaciones según los resultados comerciales.
Desde Bruselas, funcionarios europeos han expresado su preocupación por el impacto que estas medidas pueden tener en el comercio intraeuropeo y en la competitividad de las exportaciones hacia EE. UU. Las conversaciones bilaterales se mantienen, aunque con limitaciones debido a la posición firme estadounidense.
La línea dura se acompaña de una estrategia selectiva que busca:
Peter Navarro subrayó que la prioridad de Estados Unidos sigue siendo proteger la producción, los empleos y la capacidad de innovación industrial frente a riesgos globales y prácticas abusivas de algunos aliados.
Analistas internacionales señalan que:
La política arancelaria también se observa como un instrumento de geoeconomía, especialmente en relación con India y el comercio de crudo ruso. La postura de Navarro refuerza la idea de que la política arancelaria estadounidense no solo tiene un objetivo económico, sino también estratégico y de seguridad internacional.
Estados Unidos, bajo la dirección de Donald Trump y Peter Navarro, se mantiene firme en:
Esta decisión reafirma la dirección de la política económica estadounidense y representa un desafío para los países que buscan exportar acero y aluminio al mercado norteamericano.