La producción mixta de arroz y pacú se presenta como una alternativa viable para aquellas regiones que poseen baja aptitud de suelos para otros cultivos o actividades pecuarias. Los expertos sostienen que conviene más rotar arroz y pacú antes que realizar monocultivo de arroz o piscicultura exclusiva, ya que la misma no sólo brinda beneficios ambientales, sino también monetarios.
Para la producción de arroz se usan parcelas que provienen del sistema tradicional, reacondicionando el perímetro para que puedan aguantar alrededor de 1.3 metros de columna de agua.
Luego de cosechar el lote de arroz, se examina el rastrojo y se emplean técnicas a fin de reducir su volumen a niveles admisibles que no alteren la calidad del agua para el cultivo de peces.
Posteriormente, se prosigue al poblamiento de 2.000 juveniles de pacú para engorde por hectárea. La ventaja de esta rotación es que evita el uso de antibióticos, ya que se hace aprovechamiento de la fauna existente. Además, se consigue alimento natural por la presencia de semillas de malezas en los estanques.
Una vez culminado el ciclo de engorde del pacú, se debe drenar el lote para obtener las condiciones de suelo aptas para volver a cultivar arroz. De esta manera, la rotación tiene una duración de dos años, cultivándose arroz durante los primeros seis meses y, luego, pacú durante los restantes dieciocho.