Por Agroempresario.com
En el corazón del departamento Laishi, provincia de Formosa, la Estancia El Bagual se destaca como un modelo de sostenibilidad agropecuaria que une la conservación de la biodiversidad, la producción ganadera regenerativa y la selección genética de la raza Brangus adaptada al ambiente. Propiedad de la firma Alparamis S.A., miembro del CREA Palmares (región Chaco Santiagueño), este establecimiento de 20.000 hectáreas lleva más de cuatro décadas demostrando que es posible producir con responsabilidad ecológica y eficiencia económica.
La sostenibilidad en El Bagual se construye sobre un doble compromiso: por un lado, la protección de especies silvestres en ambientes prístinos; por otro, el desarrollo de una línea Brangus adaptada genéticamente al entorno, que permite producir carne de calidad con el mínimo impacto ambiental.
De las 20.000 hectáreas que componen la estancia, 3800 están destinadas a una reserva científica y de conservación reconocida internacionalmente, mientras que otras 4000 permanecen cerradas por tratarse de montes densos con acceso limitado. El resto de la superficie, con climas inestables, suelos bajos y esteros, está dedicada a una producción controlada y de alta precisión genética.
Durante su exposición en la jornada “Sustentabilidad, trazabilidad, salud animal y producción regenerativa en la cadena de la carne”, organizada por la Mesa Argentina de Carne Sustentable (MACS) en la Expo Rural de Palermo, Pablo Lambrechts, referente del establecimiento e integrante de la Comisión Directiva de la Asociación Argentina de Brangus, destacó la relevancia de la reserva natural que alberga la estancia.
“La reserva El Bagual es reconocida internacionalmente como un sitio de observación de aves. Alberga el 35% de las especies de aves del país, incluyendo 10 en peligro de extinción. Se han publicado más de mil estudios científicos con datos recolectados aquí”, señaló Lambrechts.
Uno de los casos más emblemáticos es el del yetapá de collar (Alectrurus risora), un ave que solía habitar la región pampeana pero que hoy sobrevive en pocos reservorios, siendo El Bagual uno de ellos.
Dada la limitada capacidad productiva del campo, aumentar la carga animal significaría un daño ambiental. Por eso, El Bagual decidió apostar por la eficiencia individual, seleccionando animales que maximicen el rendimiento sin incrementar la presión sobre el ecosistema.
“Debemos producir más kilos del mayor valor posible al menor costo y con mínimo impacto. Para eso elegimos la raza Brangus”, explicó Lambrechts.
La estrategia está basada en una selección rigurosa de animales totalmente adaptados al ambiente, apuntando a la sostenibilidad tanto económica como ecológica. Esta adaptación también implica el uso intensivo de herramientas genéticas como la epigenética, los DEPs (Diferencias Esperadas de Progenie) y la genómica aplicada a la selección fenotípica.
Desde hace más de diez años, El Bagual no incorpora genética externa. Todos los animales nacen identificados individualmente, y se realiza un seguimiento de su evolución para seleccionar aquellos con mejor adaptación y desempeño.
En el momento del destete, los terneros son clasificados según siete caracteres y se evalúa su índice ajustado a los 205 días para eliminar el efecto de la edad materna. Esta clasificación permite definir su destino: invernada, venta, plantel o donante (semen o embriones).
A los 18 meses, se realiza una nueva evaluación con los DEPs incorporados. Los mejores machos —el 1% superior— son seleccionados por fenotipo, performance y datos genéticos, y entran a un programa de congelado de semen. Estos toros son los utilizados para inseminación artificial a tiempo fijo (IATF) en todo el rodeo y se venden a los tres años como “cabezas de remate”.
En paralelo, entre 50 y 60 hembras por camada son seleccionadas como donantes de embriones, que luego se fertilizan con el semen de los toros de elite de la misma camada. Esta estrategia permite una mejora genética constante y controlada.
“El programa Toros Jóvenes El Bagual nos permite aprovechar lo último en genética cada año y vender en el mejor momento comercial”, destacó Lambrechts.
El Bagual también participa en el ensayo de garrapatas impulsado por la Asociación Argentina de Brangus con soporte del INTA Rafaela, cuyo objetivo es detectar animales naturalmente resistentes al parásito.
“El 100% de las garrapatas recolectadas en El Bagual fueron testeadas y todas resultaron susceptibles, lo que demuestra que no hemos generado resistencia con nuestro manejo”, explicó Lambrechts.
Este dato refuerza el compromiso de la empresa con un manejo sanitario responsable, evitando el uso excesivo de químicos y contribuyendo a la sostenibilidad del sistema productivo.
Para Lambrechts, la producción agropecuaria actual no puede estar disociada del cuidado ambiental ni de la rentabilidad.
“Las nuevas generaciones tienen un fuerte compromiso con el ambiente. Hoy no se puede producir sin medir. La selección debe basarse en un protocolo que una lo empírico con la genómica, los DEPs y los datos de producción. Es un camino largo, pero lleno de satisfacciones”, concluyó.
Con este enfoque integral, El Bagual demuestra que la producción regenerativa, la tecnología genética aplicada y la conservación de la biodiversidad pueden convivir y potenciarse mutuamente.
En un contexto donde la trazabilidad, la eficiencia y el impacto ambiental son cada vez más relevantes para los mercados nacionales e internacionales, experiencias como la de El Bagual marcan el camino hacia una ganadería del futuro que ya es presente.