La yerba mate, uno de los emblemas de la cultura argentina, podría sumar una nueva función insospechada: ayudar a combatir el dengue.
Un equipo de científicos del CONICET y de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) identificó un metabolito presente en las hojas de la planta que inhibe la replicación del virus en cultivos celulares, marcando un avance pionero en la investigación de antivirales naturales.
La investigación, liderada por la doctora Karina Salvatierra, se centra en la búsqueda de principios bioactivos con acción antiviral.
Los ensayos realizados en células vero —de riñón de mono africano— mostraron que, en dosis controladas, el extracto obtenido de la yerba mate impide el crecimiento del virus del dengue.
Karina Salvatierra, Doctora en Biotecnologia (Foto:CONICET)
“En cierta dosis del metabolito extraído, se inhibe el crecimiento de la reproducción del virus”, explicó Salvatierra, doctora en Biotecnología e integrante del equipo del CONICET.
Los experimentos fueron replicados en tres oportunidades con resultados consistentes, lo que confirma la eficacia del compuesto en condiciones de laboratorio.
El proyecto apunta a transformar un recurso natural regional en una herramienta sanitaria, especialmente en provincias donde el dengue es endémico.
Actualmente, el grupo se encuentra en fase de validación de ensayos, un paso esencial antes del patentamiento y la aplicación práctica.
“Si todo avanza como esperamos, en uno o dos años podríamos estar listos para el desarrollo comercial”, estimó la investigadora.
El objetivo final es crear un suplemento dietario con potencial antiviral, capaz de contribuir a la prevención o el tratamiento del dengue, una enfermedad que afecta a millones de personas cada año.
El trabajo comenzó en 2018, impulsado por los brotes de dengue registrados en la región de Misiones.
Mediante simulaciones computacionales, los investigadores identificaron moléculas con afinidad a una proteína clave del virus.
El metabolito más prometedor resultó provenir de la hoja de yerba mate, aunque el efecto no se obtiene a través del consumo tradicional —mate o tereré—, sino mediante procesos de extracción química en laboratorio.
Además del dengue, el equipo evalúa la eficacia del compuesto frente a otros arbovirus, como chikungunya y zika, lo que ampliaría el alcance del descubrimiento.
De confirmarse los resultados, Argentina podría convertirse en el primer país en desarrollar un producto natural con acción antiviral comprobada derivado de la yerba mate.
El grupo está conformado por diez profesionales de distintas disciplinas, que continúan trabajando pese al contexto de desfinanciamiento universitario y científico.
Para Salvatierra, difundir estos avances es fundamental para mostrar el impacto social de la ciencia pública y el potencial de los recursos naturales argentinos.
“El desarrollo científico no solo genera conocimiento, sino también soluciones concretas desde lo local”, remarcó.