La ganadería argentina está atravesando una transformación que redefine sus límites físicos y productivos. En distintos puntos del país, más de 150.000 bovinos son manejados hoy bajo sistemas de cercas virtuales, una tecnología que sustituye los alambrados tradicionales por fronteras digitales configurables desde plataformas online.
Estos sistemas combinan dispositivos electrónicos, en forma de caravanas o collares, que emiten señales auditivas o leves estímulos eléctricos cuando el animal se aproxima a los límites definidos en un mapa digital. Con el tiempo, el rodeo aprende a respetar esa “frontera invisible”, eliminando cables, postes y boyeros.
La adopción de esta tecnología va más allá del confort operativo: se integra de manera natural con los principios de la ganadería regenerativa y los sistemas de pastoreo rotativo. Estas prácticas buscan conservar la cobertura vegetal, mejorar la estructura del suelo y potenciar la productividad a largo plazo.
“El sistema primero emite un sonido neutro cuando el animal se acerca al límite del potrero. Si continúa avanzando, recibe una leve estimulación eléctrica. Luego de algunas repeticiones, el animal aprende a detenerse o girar”, explicó Martín Tosco, fundador de Bastó, la startup cordobesa detrás del desarrollo.
Con sede en Río Cuarto (Córdoba), Bastó trabaja desde 2019 en la adaptación local de las cercas virtuales, desarrollando una solución accesible y escalable para los sistemas ganaderos de América Latina.
Actualmente, la empresa cuenta con usuarios en Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, San Luis, Mendoza y Río Negro, dentro de un programa de validación junto a productores embajadores.
“El proceso completo de adaptación puede durar entre 10 y 12 días, según el temperamento y la raza”, detalló Tosco. “No se busca cambiar el comportamiento natural del animal, sino acompañar su instinto de pastoreo de forma más controlada y sin estrés”.
Además de los límites virtuales, la compañía desarrolló una plataforma de monitoreo animal en tiempo real, capaz de registrar ubicación, temperatura, movimiento y actividad de cada ejemplar.
Esta información genera indicadores de salud, bienestar y comportamiento, fundamentales para ajustar estrategias de manejo y optimizar el uso del forraje. El sistema también integra modelos de estimación de biomasa y variables ambientales, aportando precisión en la toma de decisiones y mejorando la sustentabilidad de los sistemas productivos.
En paralelo, Bastó trabaja en la versión final del dispositivo: una caravana electrónica de bajo peso y conectividad continua, adaptada a las condiciones y costos de los productores medianos y extensivos. El lanzamiento comercial se prevé dentro de 18 a 24 meses.
Las pruebas realizadas abarcan unas 20 empresas ganaderas que administran más de 150.000 animales bajo este sistema, incluyendo grupos de gran escala como Zeni y Faro Verde, con operaciones en Corrientes y Entre Ríos, que también proyectan su llegada a Uruguay.
Los resultados preliminares evidencian reducción de costos de infraestructura, mayor eficiencia en el uso del forraje y distribución homogénea del pastoreo. Los productores destacan, además, la flexibilidad operativa que ofrece poder redefinir límites de potreros desde una app según las condiciones climáticas o la disponibilidad de pasto.
En un contexto donde la digitalización del agro crece a gran velocidad, las cercas virtuales se consolidan como una herramienta clave para una ganadería eficiente, sustentable y basada en datos.
Como resume Martín Tosco, “el límite del potrero ya no es el alambre, sino el dato”.