El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que prevé reunirse con su homólogo chino, Xi Jinping, durante la próxima cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que se celebrará en Corea del Sur, con el objetivo de avanzar hacia un nuevo acuerdo comercial entre ambas potencias. Además, anticipó que planea viajar a China a comienzos de 2026, en lo que sería su primera visita oficial a ese país desde el inicio de su segundo mandato.
Durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, en el marco de la visita del primer ministro australiano Anthony Albanese, Trump aseguró que ambos gobiernos tienen “más o menos planeado” el encuentro y que confía en sellar un “acuerdo fuerte y justo” que permita reducir las tensiones bilaterales acumuladas por los aranceles y las restricciones tecnológicas impuestas en los últimos años.
“He sido invitado a ir a China, y lo haré a principios del próximo año. Lo tenemos más o menos planificado”, señaló el mandatario. Según fuentes de la administración estadounidense, el acuerdo buscará establecer nuevas reglas sobre transferencia tecnológica, acceso a los mercados y estabilidad comercial entre los dos países.
Trump evitó detallar si el pacto incluirá referencias a Taiwán, aunque descartó un posible conflicto militar. “Creo que estaremos bien con China. China no quiere hacerlo”, declaró, al tiempo que reafirmó la superioridad militar de Estados Unidos: “Tenemos lo mejor de todo y nadie se va a meter con eso”.
En paralelo, el presidente estadounidense anunció que su país acelerará la entrega de submarinos de propulsión nuclear a Australia, en el marco del pacto de seguridad AUKUS, una alianza entre Estados Unidos, el Reino Unido y Australia destinada a reforzar la presencia aliada en el Indo-Pacífico ante la influencia creciente de Beijing.
Durante la jornada, Trump y Albanese firmaron también un acuerdo estratégico sobre el suministro de minerales críticos y tierras raras, materiales fundamentales para la fabricación de semiconductores, baterías y tecnologías de defensa. Este entendimiento busca reducir la dependencia de Washington respecto a China, que controla gran parte de la producción y el procesamiento global de estos recursos esenciales.
“El acuerdo de hoy sobre minerales críticos y tierras raras supone un paso más para llevar nuestra relación al siguiente nivel”, afirmó Albanese, quien destacó la necesidad de fortalecer las cadenas de suministro entre ambas economías.
Con estos anuncios, la Casa Blanca refuerza su estrategia dual: consolidar alianzas regionales mientras reconfigura su vínculo con Beijing. Pese a las diferencias por los aranceles, las sanciones y las exportaciones tecnológicas, Trump insistió en mantener un canal de comunicación activo con Xi Jinping.
“Quiero ser justo con China. Tenemos una gran relación”, sostuvo el presidente. “Creo que lograremos un entendimiento que beneficie a ambos países”.