El contundente desempeño de La Libertad Avanza (LLA) en las elecciones legislativas reafirmó una tendencia: el voto del campo argentino sigue siendo decisivo. Con niveles de adhesión que en algunos distritos de la región pampeana superaron el 60%, el oficialismo libertario consolidó su hegemonía en el corazón agroproductivo del país, incluso en zonas castigadas por las inundaciones.
Aunque el peso demográfico del interior agropecuario es menor frente a los grandes centros urbanos, su comportamiento electoral resultó clave para ampliar la ventaja nacional. En la provincia de Buenos Aires, tradicionalmente dividida, LLA sorprendió al imponerse sobre Fuerza Patria (FP) —nuevo nombre del kirchnerismo— en la mayoría de los municipios rurales.
De más de 100 distritos bonaerenses vinculados al agro, solo 14 quedaron fuera del dominio libertario. En localidades afectadas por anegamientos, el voto a Milei desactivó el argumento oficialista que atribuía las inundaciones a la falta de obras hídricas nacionales.
En 9 de Julio, el libertario obtuvo 53,7% frente al 28,7% de FP; en 25 de Mayo, 50,8% contra 31,5%; y en Carlos Casares, 53,5% frente a 32,8%.
El apoyo también se expandió al sudoeste bonaerense, donde Milei alcanzó 61,6% en Coronel Rosales, 58,7% en Villarino, 58,2% en Puan y 57,9% en Saavedra. En otros municipios agrícolas como Balcarce, Pringles, San Cayetano, Adolfo Alsina, Dorrego, Saladillo y Bahía Blanca, los porcentajes superaron el 54%.

El fenómeno rural se replicó en el centro del país, donde LLA desplazó a Provincias Unidas, el frente de Juan Schiaretti y Maximiliano Pullaro, que intentó captar el voto agrario con un discurso contra las retenciones. Sin embargo, fue el mensaje libertario el que logró canalizar el descontento del sector productivo.
En Córdoba, los mayores niveles de apoyo se dieron en Río Segundo (45%), Totoral (44,7%) y Marcos Juárez (44,2%). En Santa Fe, Milei ganó en 16 de los 19 departamentos, destacándose Las Colonias (52%) y Castellanos (50%). En Entre Ríos, el dominio fue casi total: solo Islas del Ibicuy y Feliciano escaparon a la ola violeta, mientras Diamante registró el máximo respaldo del país con 62,6%.
Incluso en San Luis, el departamento Pedernera —una de las principales zonas agrícolas— mostró un 57% de apoyo.

El resultado electoral envió un mensaje político contundente: el agro argentino ratificó su respaldo a Javier Milei. Más allá de las diferencias internas, el sector rural volvió a identificar al oficialismo libertario como la expresión más coherente con sus demandas históricas: menores impuestos, eliminación de retenciones y mayor libertad económica.
En medio de tensiones productivas y desafíos climáticos, el voto del campo no fue un gesto simbólico, sino la confirmación de un modelo político basado en la producción, el trabajo y el federalismo, que volvió a teñir de violeta el corazón agrícola del país.