El presidente Javier Milei anunció este domingo la designación de Diego Santilli como nuevo ministro del Interior, en reemplazo del saliente Lisandro Catalán, quien había presentado su renuncia junto con su referente político Guillermo Francos. Según publicó Forbes Argentina, el mandatario oficializó la decisión a través de sus redes sociales, destacando la “trayectoria y capacidad de gestión” del flamante funcionario.
La designación de Santilli, diputado electo por La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, representa un movimiento estratégico dentro del Gabinete nacional y busca recomponer los vínculos con la oposición, especialmente con el PRO, tras una semana marcada por tensiones políticas internas y cambios en el equipo de gobierno.
De acuerdo con la información difundida por Forbes Argentina, la incorporación de Santilli no sólo redefine el mapa político del Ejecutivo, sino que también busca fortalecer la gobernabilidad. Su perfil dialoguista y su experiencia en la gestión pública lo convierten en una pieza clave para articular acuerdos con otros espacios políticos que permitan avanzar con las reformas laboral y tributaria impulsadas por el oficialismo.
Santilli, de 56 años, cuenta con una extensa trayectoria en la administración pública. Fue vicejefe de Gobierno porteño y ministro de Seguridad durante la gestión de Horacio Rodríguez Larreta, donde consolidó su imagen como dirigente con capacidad de gestión y diálogo. Su desembarco en el Ministerio del Interior es interpretado como un gesto de pragmatismo político por parte de Milei, que busca incorporar figuras con experiencia estatal en áreas sensibles.
En el entorno presidencial destacan que la elección de Santilli contó con el respaldo de Karina Milei, Martín Menem y Lule Menem, referentes clave de La Libertad Avanza en el Congreso. Además, su reciente victoria electoral en Buenos Aires —donde venció al peronismo liderado por Axel Kicillof y Cristina Fernández de Kirchner— consolidó su influencia dentro del espacio libertario.
El nombramiento se produce en un contexto de reacomodamiento político. El viernes pasado, el ex presidente Mauricio Macri había manifestado su malestar por la designación de Manuel Adorni como nuevo jefe de Gabinete, cuestionando su “falta de experiencia” en redes sociales. En ese clima, la llegada de Santilli fue interpretada —según remarcó Forbes Argentina— como una señal de equilibrio hacia el PRO y una apuesta por recomponer el diálogo con sectores moderados de la oposición.
Fuentes cercanas al Gobierno indicaron que el nuevo ministro tendrá como principal tarea “articular con opositores aliados” para destrabar el tratamiento legislativo de las iniciativas más ambiciosas del Ejecutivo. En paralelo, Estados Unidos habría insistido en las últimas semanas en la necesidad de que la Argentina refuerce los consensos políticos, condición clave para sostener los programas de asistencia financiera.

Mientras tanto, el asesor presidencial Santiago Caputo continúa siendo una figura determinante dentro del esquema de poder. Aunque no ocupa ningún cargo formal, mantiene influencia directa sobre áreas estratégicas como YPF, ANSES, Salud, Justicia y la SIDE.
“Forbes Argentina” detalla que las recientes renuncias de Gerardo Werthein y Guillermo Francos habrían estado vinculadas al crecimiento del entorno empresario cercano a Caputo, respaldado directamente por Milei. Según fuentes oficiales, Francos habría pedido que el asesor asumiera responsabilidades formales en la gestión, lo que no obtuvo respuesta y derivó en su salida del gabinete.
Con la designación de Santilli y la asunción de Manuel Adorni como jefe de Gabinete, prevista para este miércoles, el Presidente consolida un nuevo equilibrio interno. El poder político se distribuye ahora entre tres polos: la estrategia de Caputo, la gestión de Santilli y la comunicación institucional de Adorni.
Entre los posibles próximos movimientos, distintos medios —incluida Forbes Argentina— mencionan la posibilidad de que el diputado Cristian Ritondo asuma la Secretaría de Inteligencia, dependiente de la órbita de Caputo. Este eventual nombramiento reforzaría el acercamiento entre el oficialismo y el PRO, en un intento por garantizar mayor estabilidad política y legislativa.
Por otra parte, el ascenso de Santilli también abre una nueva etapa en su carrera. Su reciente victoria en Buenos Aires y su ingreso al gabinete nacional lo posicionan como un posible candidato a gobernador en 2027, proyección que ya se menciona en los círculos libertarios.
El Ministerio del Interior será un área clave en los próximos meses, especialmente para negociar las leyes que el oficialismo busca aprobar antes de fin de año. La tarea de Santilli será sostener el equilibrio entre la vocación reformista del Presidente y la necesidad de construir consensos en un Congreso fragmentado.
Con este cambio, Milei apuesta a consolidar un gabinete con mayor peso político y experiencia administrativa, sin alterar la estructura de poder centralizada que mantiene en torno a sus asesores más cercanos. El objetivo inmediato del Ejecutivo es estabilizar la gestión, recomponer la relación con los gobernadores y garantizar la aprobación de las reformas estructurales.
El nombramiento de Santilli —confirmó Forbes Argentina— deja un mensaje claro: el gobierno libertario busca fortalecer su base política sin renunciar a su núcleo ideológico. En ese tablero, el nuevo ministro del Interior se convierte en el rostro visible de la negociación, mientras Santiago Caputo sigue siendo el operador invisible del poder libertario