La cadena logística que permite que el fernet llegue a millones de consumidores en Argentina y el Cono Sur demanda un entramado complejo que abarca aprovisionamiento internacional, planificación de largo plazo y un sistema de distribución afinado. Según informó Infobae, el director de operaciones de una multinacional de bebidas alcohólicas, Daniel Prassel, explicó cómo funciona este proceso, por qué la logística es un elemento crítico del negocio y cómo se expande un producto que forma parte de la cultura popular argentina.
El ejecutivo detalló que la operación involucra la búsqueda de insumos en distintos continentes, la producción local y la distribución en varios países de la región. La bebida, además, requiere un año de maduración en bodegas subterráneas de roble, lo que agrega complejidad a la programación productiva. “Esta bebida tiene materias primas provenientes de todo el mundo”, señaló Prassel a Infobae, al describir el origen diversificado de los insumos.
A medida que el consumo se mantiene alto y estable, la compañía amplió su radio de abastecimiento a nivel regional. Desde Argentina salen los embarques hacia Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Chile, mientras que el resto del mundo recibe su provisión desde Italia. Según informó Infobae, el comercio exterior del producto creció en los últimos cinco años y la incorporación de Brasil como destino abrió nuevas oportunidades para la marca.
Para Prassel, la clave del rol operativo está en la integración completa de la cadena de suministro. La coordinación abarca abastecimiento externo, programación fabril y logística nacional e internacional. “La cadena de suministro completa es lo apasionante de esta posición… buscar proveedores en todo el mundo, planificar, comprar, importar, producir y luego distribuir”, detalló en diálogo con Infobae.
El ejecutivo recordó que uno de los momentos más desafiantes se vivió durante la pandemia. Mientras muchas multinacionales reestructuraban operaciones, la demanda de fernet no solo se mantuvo sino que creció. Sostener el abastecimiento implicó administrar escasez global de insumos, restricciones de movilidad y medidas sanitarias para proteger al personal. Según relató, superar aquel escenario se convirtió en un punto de inflexión para la operación.
La experiencia reforzó la idea de que la cadena logística debe funcionar como un sistema flexible y entrenado, capaz de responder rápido ante contingencias. Esa capacidad de reacción es parte del “músculo” que, según Prassel, define el éxito de una operación de esta escala.
Dentro de los desafíos actuales, Prassel señaló que el primero es garantizar un servicio confiable. El cumplimiento en tiempo y forma impacta directamente en la actividad comercial de los clientes, que pueden perder ventas si la mercadería no llega a tiempo. La entrega, sostuvo, es la cara final de la compañía ante el mercado.
El otro eje es la eficiencia operativa, ya que la logística figura entre los principales costos de una empresa de consumo masivo. Optimizar rutas, flotas, depósitos y planificación permite mantener la competitividad sin comprometer el servicio. Para eso, la coordinación con el área comercial es permanente: en ocasiones, un mismo cliente recibe entregas diarias que generan ineficiencias. “Las tensiones sanas” con ventas, dijo, son parte del trabajo diario para equilibrar calidad operativa y rentabilidad.
La naturaleza del producto también exige cuidados especiales. Los envases de vidrio requieren flotas modernas y en buen estado, capaces de transitar rutas irregulares sin comprometer la integridad de la carga. El packaging, por su parte, debe soportar largas distancias y proteger la calidad del contenido. Estos aspectos forman parte esencial del diseño logístico.

Aunque el fernet registra un ligero incremento de consumo en verano, la estacionalidad es menor que en otras bebidas, lo que permite mantener una planificación estable durante la mayor parte del año. Esta regularidad ayuda a sostener volúmenes constantes de producción y abastecimiento, un factor central para una cadena que requiere planificación anual por la maduración del producto.
Argentina, según informó Infobae, es el país con el consumo per cápita más alto de esta bebida en el mundo. Para Prassel, esto responde a un componente cultural arraigado: el fernet ya forma parte de la identidad nacional, comparable al mate o al dulce de leche. Mientras en otros países se consume como aperitivo solo, en Argentina la mezcla con gaseosa es un ritual que atraviesa generaciones.
El consumidor local, además, presenta un perfil muy definido: es exigente, fiel y mantiene preferencias estables. Las innovaciones solo prosperan si responden a esos gustos tradicionales. Esto también condiciona las decisiones de producto y logística.
La distribución nacional presenta desafíos específicos por la extensión del territorio. A diferencia de otros productos que concentran gran parte de su consumo en Buenos Aires, el fernet muestra una demanda distribuida casi de manera equitativa entre la región centro y el resto del país. Esto permite optimizar rutas y reducir viajes vacíos.
Córdoba, por ejemplo, combina dos particularidades: registra el mayor consumo per cápita y ocupa un lugar simbólico en la historia del fernet con cola. Allí se popularizó la mezcla y se consolidó un hábito que más tarde se extendió a todo el país.
Consultado sobre las variantes listas para tomar, Prassel explicó que nunca consiguieron instalarse porque la experiencia del consumo es parte esencial del producto. “Es un ritual. Cada persona la prepara a su manera… Si la presentás en una lata ya mezclada, se pierde esa magia”, expresó a Infobae. Para el ejecutivo, una versión premezclada constituye directamente otro producto, alejado del espíritu tradicional.
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La expansión internacional del fernet no solo implica exportar una bebida, sino trasladar un ritual argentino asociado al compartir, la reunión y la tradición. Para Prassel, el momento actual representa una oportunidad para mostrar la capacidad operativa del país. La integración de tecnología, en especial herramientas de inteligencia artificial aplicadas al análisis de datos y a la optimización logística, abre un nuevo capítulo para mejorar procesos y anticipar comportamientos de consumo.
La logística, afirmó, es transversal: conecta la importación de insumos, la producción local y la distribución regional. Por su peso en los costos y por ser la instancia final ante el cliente, representa un área estratégica que requiere mejoras continuas. En ese equilibrio entre eficiencia, servicio y cultura del consumo se sostiene la proyección del fernet argentino hacia nuevos mercados.