La advertencia de Fernando Marengo: “La Argentina tiene un ratio de deuda único en el mundo, pero todavía le falta confianza”

El economista analizó el escenario tras las elecciones legislativas y sostuvo que la estabilidad dependerá de sostener el superávit, recomponer reservas y recuperar credibilidad internacional

La advertencia de Fernando Marengo: “La Argentina tiene un ratio de deuda único en el mundo, pero todavía le falta confianza”
lunes 17 de noviembre de 2025

La Argentina atraviesa una etapa económica marcada por la volatilidad financiera y un reacomodamiento de expectativas luego de las elecciones legislativas, en un contexto donde el economista Fernando Marengo destaca que el país exhibe un ratio de deuda de mercado excepcionalmente bajo, aunque aún enfrenta un desafío crítico: recuperar la confianza perdida tras un siglo de incumplimientos. Para el especialista, la mejora reciente en los activos argentinos responde más a un cambio de percepción que a un giro estructural en los fundamentos.

Según Marengo, la economía ingresó a los comicios con un fuerte deterioro reputacional. El país acumula récord global de reestructuraciones de deuda y figura entre las naciones con mayor inflación en las últimas décadas. A esto se sumó un Congreso que aprobó iniciativas contrarias al superávit fiscal, lo que, según el economista, provocó que los tenedores de bonos interpretaran que la Argentina “volvía a sus andanzas”. Ese movimiento derivó en una venta acelerada de activos locales, presionó sobre los dólares financieros y llevó al tipo de cambio al techo de la banda cambiaria.

Marengo explicó que la reacción del Banco Central y del Tesoro, intentando defender el techo de la banda, alimentó la percepción de que las reservas que se utilizaban para la intervención podrían luego faltar para afrontar pagos de deuda. Ese temor desató un círculo vicioso que solo comenzó a revertirse tras el resultado electoral. El economista destacó que, sin cambios macroeconómicos significativos, el riesgo país cayó de 1500 a menos de 600 puntos y la Bolsa en dólares subió un 50%, un movimiento que atribuyó al giro político y al llamado al diálogo entre fuerzas opositoras.

La advertencia de Fernando Marengo: “La Argentina tiene un ratio de deuda único en el mundo, pero todavía le falta confianza”

Un riesgo país que sigue siendo alto

Aunque mejoró, el nivel del riesgo país aún se mantiene muy por encima de los estándares regionales. Marengo sostuvo que reducirlo debe convertirse en una auténtica política de Estado, ya que es la única forma de volver atractivos los proyectos de inversión. El economista desglosó los factores clave de este indicador: solvencia de la deuda, situación fiscal y capacidad de pago. En los tres, afirmó, la Argentina muestra números mejores que los que refleja su reputación.

El ratio deuda/PBI, menor al 60%, cae a menos del 20% si se excluye la deuda intraestatal. Se trata, según Marengo, de un caso “inédito en el mundo”: un país con tan poca deuda de mercado y superávit fiscal. A su juicio, las recompras de deuda anunciadas por el Gobierno podrían contribuir a reducir el riesgo país mediante el aumento del precio de los bonos. “Lo esencial sigue siendo sostener el equilibrio fiscal”, remarcó.

Reservas negativas y credibilidad en reconstrucción

Consultado sobre si las reservas negativas del Banco Central establecen un piso a la baja del riesgo país, Marengo sostuvo que el problema excede el nivel puntual de liquidez y se vincula con la percepción de capacidad de pago. Recordó que antes de las elecciones el BCRA contaba con alrededor de US$27.000 millones de liquidez, que podían servir para cubrir obligaciones inmediatas, pero la intervención cambiaria previa fortaleció la percepción de vulnerabilidad. “Después de más de 100 años de incumplimientos, reconstruir la credibilidad lleva tiempo”, afirmó.

La incertidumbre respecto del esquema cambiario y monetario también alimentó la inestabilidad. Marengo recordó que la volatilidad comenzó en abril, cuando la actividad económica tocó su pico y luego empezó a retroceder. En ese período, el Gobierno implementó un régimen de banda ancha cambiaria que buscaba mantener bajo control la incidencia del tipo de cambio en la inflación, pero restringió severamente la liquidez en pesos. Asimismo, intervino de manera indirecta en el mercado de futuros, en un esquema que el economista calificó de “costoso e ineficiente”.

La eliminación de las LEFI, que expandió la base monetaria un 25% en un solo día, incrementó la volatilidad. Con más pesos y tasas más bajas, aumentó la demanda de dólares y el mercado cambiario volvió a tensionarse.

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El debate sobre la banda y el valor del dólar

En los meses siguientes, el tipo de cambio regresó al techo de la banda cambiaria y el Ministerio de Economía actuó para defender ese límite. La nueva duda del mercado es cómo se definirá el piso de la banda, aún sin parámetros públicos. El Banco Central aseguró que, tras la desmonetización, la remonetización permitirá comprar dólares sin esterilización, pero no aclaró los niveles de precio a los que operará.

Marengo advirtió que mostrar una flotación más amplia puede generar el efecto contrario: más incertidumbre. A su juicio, el tipo de cambio debería mantenerse en niveles actuales, con un techo estable y dos bandas paralelas que se desplacen alrededor del 1% mensual. Rechazó la transición hacia la flotación plena porque, en un país donde la población piensa en dólares, ese esquema aumenta la volatilidad y debilita la acumulación de reservas.

¿La Argentina está cara?

En el debate sobre la competitividad, Marengo afirmó que no todo está caro. Los bienes importados sí lo están, por la carga tributaria y arancelaria; las tarifas se mantienen relativamente bajas por los subsidios; y los bienes no transables, como alquileres o servicios, continúan siendo significativamente más baratos que en buena parte del mundo. El problema, dijo, es que “somos un país pobre” y el ingreso promedio no alcanza para costear una canasta creciente de bienes dolarizados.

El economista recordó que la Argentina es, después de la República Democrática del Congo, el país que más devaluó su moneda en los últimos 70 años, sin mejoras sostenidas en productividad. Por eso, insistió, no es la devaluación la que construye competitividad, sino las reformas de fondo.

El camino estructural pendiente

Marengo planteó que la Argentina necesita avanzar en reformas estructurales: laboral, previsional, impositiva, educativa y de infraestructura. Una reforma laboral permitiría incorporar a quienes hoy están fuera del mercado formal. Una reforma previsional generaría ahorro de largo plazo, indispensable para impulsar la inversión sostenida. Además, consideró imprescindible reducir la presión impositiva efectiva y mejorar la logística, la calidad educativa y el entorno regulatorio.

Para cerrar, el economista insistió en que la recuperación de la confianza internacional es el desafío central para el país. “Es posible reconstruir credibilidad, aun después de 100 años de defaults, si las señales son consistentes y duraderas”, afirmó Marengo en declaraciones citadas por La Nación.



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