Villa Nougués: el pueblo tucumano que combina arquitectura europea, naturaleza de yungas y turismo de montaña

Villa Nougués, un pequeño poblado ubicado a 45 kilómetros de San Miguel de Tucumán, se consolidó como uno de los destinos más singulares del Norte argentino debido a su arquitectura de estilo europeo, su clima fresco de montaña y su entorno natural propio de las yungas. El lugar, destacado recientemente por el medio Economía Sustentable, se convirtió en una alternativa cercana y accesible para quienes buscan descanso y naturaleza sin alejarse demasiado de la ciudad.

Fundada a comienzos del siglo XX como villa de veraneo para familias aristocráticas tucumanas, Villa Nougués mantiene hasta hoy una identidad arquitectónica distintiva. La localidad fue impulsada por el ingeniero y exgobernador Luis Francisco Nougués, quien proyectó un enclave serrano rodeado de bosques, con casonas de piedra, jardines extensos y un estilo que remite a poblados ingleses e irlandeses. Ese sello europeo, sumado a la presencia de construcciones históricas, es uno de los principales atractivos que motivan a turistas nacionales y extranjeros a recorrer el área.

Entre los edificios más reconocidos se encuentra la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, inaugurada en 1918 y considerada una de las joyas arquitectónicas de la villa. Su estilo neogótico y su fachada de piedra la convierten en uno de los puntos más fotografiados por los visitantes. Muy cerca de allí se ubica la tradicional Hostería Villa Nougués, un antiguo casco familiar que hoy funciona como restaurante y salón de eventos y que suele ser elegido para celebraciones, especialmente bodas, por la amplitud de sus jardines y las vistas panorámicas hacia los cerros.

El pueblo se encuentra a unos 1.350 metros sobre el nivel del mar, lo que le otorga un clima templado y húmedo, con temperaturas más frescas que las de la capital tucumana durante gran parte del año. Esa condición, combinada con la vegetación de las yungas, genera un paisaje donde se intercalan coníferas, hortensias, helechos y especies nativas, creando un ambiente ideal para caminatas, descanso y actividades de baja dificultad al aire libre. Según destacó Economía Sustentable, la zona ofrece “un entorno verde y una tranquilidad difíciles de encontrar a tan poca distancia de la ciudad”.

Villa Nougués forma parte del sistema serrano de San Javier, una de las áreas más visitadas por quienes se alojan en Tucumán. Desde el pueblo parten varios senderos que permiten recorrer tramos de monte nativo, acceder a miradores naturales y conectar con rutas de trekking más extensas que atraviesan zonas boscosas. La infraestructura es acotada, pero suficiente para pasar el día o planificar una escapada breve en pareja, familia o con amigos. La ausencia de grandes comercios y el mantenimiento de su escala residencial consolidan la percepción de un sitio tranquilo y alejado del movimiento urbano.

Para muchos visitantes, la experiencia comienza incluso antes de llegar. El acceso principal es la ruta provincial 338, conocida como el Camino de los Valles, un trazado sinuoso que asciende entre curvas rodeadas de vegetación de montaña. El viaje desde la capital dura entre 45 minutos y una hora y ofrece vistas del piedemonte tucumano. De acuerdo con Economía Sustentable, es uno de los tramos más utilizados por turistas que visitan la provincia por pocos días y buscan combinar naturaleza, historia y arquitectura en un recorrido corto.

Villa Nougués no cuenta con una amplia oferta hotelera, pero sí con casas de alquiler turístico, residencias familiares y algunos espacios gastronómicos que funcionan durante todo el año. Un punto de interés habitual es el mirador natural ubicado en los alrededores de la hostería, desde donde se observa la vegetación serrana y, en días despejados, parte del valle. La atmósfera de tranquilidad es uno de los rasgos más valorados por quienes visitan el lugar, especialmente durante los fines de semana largos o en los meses de verano, cuando el clima en la capital es más cálido.

Además de su valor turístico, la villa mantiene una importancia histórica dentro de la provincia. Fue una de las primeras zonas de veraneo de Tucumán y concentró a familias vinculadas con la actividad azucarera de principios del siglo XX. A lo largo del tiempo, varias de las construcciones originales se conservaron, mientras que otras fueron remodeladas para adaptarse a nuevos usos, sin perder el estilo que caracteriza al poblado. Las calles empedradas, las escalinatas, los jardines con especies ornamentales y las galerías abiertas completan un diseño urbano poco habitual en la región.

A lo largo del año, Villa Nougués suele recibir visitantes que buscan actividades vinculadas al bienestar, como retiros, caminatas guiadas y talleres que aprovechan la paz del entorno. También es un destino frecuente para ciclistas de montaña que recorren los caminos internos y las conexiones hacia otras áreas de la sierra. Si bien no es un sitio masivo, su popularidad creció en los últimos años gracias a las recomendaciones de viajeros y la difusión en redes sociales de fotografías del paisaje y la arquitectura local.

Desde el punto de vista ambiental, la ubicación en plena selva de yungas también plantea desafíos. Se trata de un ecosistema complejo, con alta humedad y abundante biodiversidad, por lo que las autoridades provinciales y organizaciones locales llevan adelante acciones orientadas a la conservación del bosque y al uso responsable del entorno natural. Los visitantes suelen recibir recomendaciones sobre la convivencia con la flora y fauna del lugar, la importancia de no dejar residuos y el respeto por las áreas señalizadas.

Para quienes no cuentan con movilidad propia, Economía Sustentable señaló que existen servicios de remis, taxis y excursiones organizadas por agencias de turismo local que incluyen a Villa Nougués dentro de recorridos más amplios por la Sierra San Javier. Esta modalidad es elegida sobre todo por turistas que llegan por pocos días o por aquellos que prefieren evitar el manejo en rutas con curvas de montaña.

Entre las actividades recomendadas, además de los paseos por el casco histórico, se encuentran las caminatas hacia los senderos cercanos, la visita a la iglesia neogótica y la posibilidad de disfrutar de la gastronomía local en la hostería y otros establecimientos de la zona. La combinación de naturaleza, patrimonio y tranquilidad convierte a la villa en un destino ideal para escapadas de fin de semana, celebraciones íntimas y recorridos familiares.

Si bien Villa Nougués mantiene una identidad marcada por su pasado aristocrático y su arquitectura europea, su atractivo turístico actual radica en la posibilidad de conectar con un entorno natural cercano, accesible y distinto al paisaje clásico del Noroeste argentino. La particular mezcla entre bosque nativo, clima templado, historia provincial y construcciones emblemáticas permite que el lugar conserve un carácter único dentro del mapa turístico del país.