La Silleta, un paraje de montaña ubicado en la localidad catamarqueña de Las Juntas, se consolidó en los últimos años como uno de los destinos naturales más atractivos del norte argentino. Según informó el medio MDZ, el lugar comenzó a ganar reconocimiento por su singular geografía: una combinación de bosques, ríos transparentes y senderos de altura que, en determinados tramos, evocan el paisaje clásico de las zonas alpinas. El interés creciente responde tanto a su belleza intacta como a su condición de refugio tranquilo para quienes buscan descanso, trekking y contacto directo con la naturaleza.
Situado a más de 2.300 metros sobre el nivel del mar, La Silleta se despliega entre las laderas de la sierra de Ambato y se encuentra rodeado por los ríos Las Trancas y Las Salvias, que enmarcan el paisaje con cursos de agua cristalina. A diferencia de otros destinos de montaña más desarrollados, acceder a esta zona del pueblo implica atravesar un camino de tierra que solo puede recorrerse a pie, a caballo, en bicicleta, moto o en vehículos 4x4. Esa particularidad refuerza su impronta aislada y preservada, una característica que le ha permitido mantener un entorno natural casi intacto.

El acceso, según destaca la información de MDZ, funciona como una antesala perfecta a la experiencia final. A medida que el visitante avanza, el paisaje se transforma en un corredor de vegetación densa que combina bosques montanos yungueños, pinos autóctonos, nogales, saucos y flores silvestres. La vegetación enmarca las laderas con un manto verde que, en su conjunto, provoca la frecuente comparación con los panoramas suizos, aunque siempre con la identidad propia del norte argentino. La sensación de aire puro, humedad, sombras naturales y silencio de montaña define buena parte del atractivo del lugar.
Durante décadas, La Silleta fue un puesto de montaña frecuentado casi exclusivamente por puesteros y criadores de ganado. Su carácter agreste, sumado al acceso restringido, lo mantenía lejos del radar turístico. Sin embargo, con el tiempo se fue convirtiendo en un punto de referencia para quienes practican trekking, travesías de media y alta intensidad, caminatas largas y escalada. Cada sendero ofrece una perspectiva distinta del valle, de las quebradas y de la red de ríos que atraviesan este sector de Las Juntas. Las vistas amplias, la presencia constante de vegetación y la sensación de aislamiento contribuyen a que el visitante experimente la montaña sin interferencias urbanas.
Además de su valor natural, La Silleta forma parte de un corredor paisajístico más amplio que caracteriza a la región. Las distintas villas veraniegas del entorno ofrecen cascadas pequeñas, zonas de recreación y espacios ideales para hacer un picnic, leer o simplemente descansar al borde del río. La combinación de sombra, agua fresca y silencio crea un circuito que invita a recorrerlo sin apuro, especialmente para quienes buscan desconectarse del ritmo cotidiano de las grandes ciudades.

Uno de los puntos recomendados por los visitantes es la localidad cercana de El Rodeo, ubicada también en las sierras de Ambato. Custodiada por el imponente cerro Manchao, es conocida por su clima templado, su vegetación y su ritmo de vida tranquilo. Un breve recorrido urbano permite apreciar la arquitectura local, la historia del pueblo y su relación permanente con el paisaje montañoso que lo rodea. En temporada alta, El Rodeo se transforma en un centro de referencia para quienes desean combinar descanso, gastronomía regional y actividades al aire libre.
La región de Ambato se caracteriza por una sucesión de microclimas y ambientes que hacen posible encontrar bosques húmedos, zonas de pastizales y áreas de vegetación autóctona en un mismo circuito geográfico. Esa diversidad es uno de los factores que destacan las agencias turísticas y los propios habitantes cuando describen el atractivo del área. Para quienes disfrutan del turismo de naturaleza, Catamarca se presenta como un destino capaz de ofrecer rutas de trekking poco exploradas, espacios de contemplación y la oportunidad de convivir con un entorno ecológico rico y poco intervenido.
Otro aspecto relevante es la ausencia de turismo masivo en La Silleta. A diferencia de otras regiones de montaña que en los últimos años han experimentado un crecimiento acelerado en infraestructura y afluencia de visitantes, este paraje mantiene un perfil discreto. Esa particularidad permite preservar no solo su paisaje, sino también su atmósfera silenciosa y su condición de refugio natural. Para las autoridades locales y los guías de la zona, este equilibrio constituye uno de los principales desafíos a futuro: promover el destino sin que pierda aquello que lo convierte en un espacio único.
En materia de actividades, La Silleta se destaca especialmente por sus senderos. Algunos ofrecen recorridos cortos y accesibles, ideales para caminantes ocasionales, mientras que otros requieren mayor preparación física y orientación. La presencia continua de agua proveniente de los ríos de montaña convierte al lugar en un punto atractivo durante la primavera y el verano, cuando el caudal se incrementa y las temperaturas acompañan las travesías. Sin embargo, quienes lo visitan en invierno encuentran otro tipo de encanto: aire más frío, mayor claridad y un paisaje que cambia de tonalidades.
Catamarca, en su conjunto, se ha posicionado en los últimos años como un destino que combina riqueza natural, tradición cultural y una geografía diversa que abarca valles, sierras, desiertos y oasis montañosos. Dentro de ese escenario, La Silleta aparece como un ejemplo de los paisajes menos conocidos de la provincia, pero con un potencial turístico significativo. Su belleza intacta, su acceso restringido y su atmósfera similar a los parajes alpinos la consolidan como una joya para visitantes nacionales y extranjeros que buscan experiencias auténticas y alejadas del turismo concentrado.
Según la información publicada por MDZ, el crecimiento del interés por este rincón de Las Juntas se debe, en buena medida, al boca a boca entre viajeros y excursionistas, así como a la creciente visibilidad que obtuvo en plataformas de turismo y redes sociales. Fotografías de ríos, laderas verdes y caminos sinuosos reforzaron la idea de un destino distinto dentro del mapa del norte argentino, especialmente valorado por quienes prefieren entornos tranquilos y sostenidos por comunidades locales.

La Silleta emerge así como una alternativa dentro del turismo de montaña, con la particularidad de ofrecer experiencias que van desde la contemplación hasta el senderismo exigente. Su paisaje, que por momentos evoca postales europeas, encarna la diversidad geográfica de Catamarca y su capacidad para sorprender incluso a quienes conocen la región. Con un entorno natural preservado y una identidad que combina rusticidad, belleza y silencio, este paraje se afianza como uno de los destinos más singulares de la provincia.